«Se ha cumplido el tiempo —decía—. El reino de Dios está cerca. ¡Arrepiéntanse y crean las buenas nuevas!» Marcos 1:15
Adriano se estremeció al ver el arma apuntándole, mirando la expresión de completa demencia que tenía su único hijo en el rostro — ¡¿Pero qué estás haciendo?! ¡Baja esa arma! — grito al hombre que solo se carcajeo al ser testigo de su miedo. ¡¿Por qué tuvo que acostarse con esa simple prostituta?!
Cuando le dijo a la llorosa mujer que se haría cargo del fruto de su vientre, no pensaba que eso le traería semejantes consecuencias tantos años después. — ¡Maurizio, obedece! — grito colérico, sintiendo el verdadero terror cuando vio que el hombre se acercaba cada vez más, y más. — ¿Por qué debería? — su tono de voz grueso y áspero, dejando a la vista el rencor puro que le corría por las venas.
— Porque soy tu Padre... ¡soy el sumo pontífice! — Maurizio volvió a reír, de manera casi estruendosa — También el hombre que ha cometido pecado tras pecado durante toda su vida y no se arrepiente ni un segundo — espeto con sorna, escuchando los pasos de la guardia suiza llegar por el pasillo. — ¡Era por tu bien! ¡Esa mujer solo iba a traerte problemas a ti y a esta iglesia! — grito el hombre, al borde del pánico, Maurizio negó. — Nada era por mi bien... Todo era por tu propio bien. Pero créeme, Padre, que esto si será por el bien de todos... Dios te salve, padre. — dijo, antes de finalmente disparar.
Finalmente todo había acabado.
ESTÁS LEYENDO
DIOS TE SALVE
Short StoryPuedes correr, pero no esconderte. Puedes luchar, pero no ganar. Puedes sufrir, pero no puedes llorar. SEGUNDA PARTE DE LA SAGA PECADOS CAPITALES: Ira. (BORRADOR) Prohibida la copia total o parcial de esta obra.