Capitulo 4

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« Sino que hemos renunciado a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino que, mediante la manifestación de la verdad, nos recomendamos a la conciencia de todo hombre en la presencia de Dios. » 2 Corintios 4:2

Cuando era niño le gustaba leer la biblia junto a su madre. En cada palabra, sentía que escuchaba al mismísimo Dios hablándole y motivándolo a seguir el camino de la santidad que parecía impuesto a él desde su nacimiento. Se sentía puro, limpio con cada palabra ahí escrita, creyendo fielmente que esos sentimientos permanecerían vivos en el inicio de su vida sacerdotal.

Había ocurrido todo lo contrario.

Desde las sombras podía ver a los sacerdotes blasfemando, cometiendo pecados imperdonables a diestra y siniestra sin temor del castigo divino que les seria impuesto. Maurizio sentía una gran decepción al ver a los sacerdotes engañando a las personas a su alrededor, convirtiendo la palabra de cristo en una mentira cruel. Causando dolor sin medir las consecuencias, destruían vidas creyéndose más poderosos que el mismo creador.

Por eso él se encargaba de causarles el mismo dolor que ellos habían provocado, mandarlos directamente a los más recónditos círculos del infierno donde arderían sus almas toda la eternidad.

Lo único que esperaba, es que al menos ella si estuviera en el cielo.

DIOS TE SALVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora