Capitulo 18

234 37 1
                                    

— ¿Qué necesitas, hijo? — la sonrisa del hombre era conciliadora, casi paternal. Después de todo, era la forma en la que se supone que la máxima autoridad debía comportarse aun cuando su forma de subir al poder fue desapareciendo al anterior elegido y convenciendo a todos bajo la mesa durante el conclave. Adriano Da Luca era un hombre malvado, dispuesto a todo con tal de conseguir el ansiado dinero y el poder.

Pero eso se acababa, hoy.

— Quiero hacerle un par de preguntas, su santidad, solo si usted está dispuesto a responderlas. — de reojo, pudo ver las cámaras de seguridad en cada esquina. Sonrió, sabía que lo estaban observando. — Por supuesto, hijo ¡Pregúntame lo que quieras! — « Maldito hipócrita » pensó de inmediato, pero intento mantener su postura tranquila. — Quería preguntarle sobre Alessia Mancini —

El gesto del hombre se oscureció de inmediato, pasando de ser amable a siniestro. « Eso es, muestra tu verdadera cara» pensó al verlo incorporarse — Creí que ya habíamos tenido esta conversación, Maurizio — la voz del hombre era dura, sin opción a reclamos. Si fuera un niño, eso lo hubiera aterrorizado, pero ahora mismo, la prepotencia del hombre causaba todo lo contrario en él.

Una ira casi inhumana se apodero de cada una de sus entrañas — Venderla a unos proxenetas no es conversar, Padre — apretó los puños, sintiéndose como una neblina aparecía en su cerebro, nublando todo rastro de raciocinio. — No tenía opción, esa mujer te estaba volviendo loco — escupió con desinterés. ¿Loco? Ella no lo volvía loco, esa vida de mentiras era lo que lo volvía loco. Fingir amar a Dios cuando en realidad lo odiaba por traerlo a esa vida era lo que lo volvía loco, sonrió, dejando ver su claramente turbación.

— Yo soy el que no tiene opciones aquí, Padre— murmuro, levantando la pistola y apuntando directamente a su cabeza. 

DIOS TE SALVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora