dos

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narrador

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Cersei caminaba por el bosque en soledad, pero con la esperanza floreciendo en su corazón. Emocionada por encontrar a sus amigos y por supuesto, su antiguo prometido, el rey hada.

En su camino encontró un pequeño lago. La apariencia del lugar le recordó a su antiguo hogar.

Sonrió ante los recuerdos que llegaban a su mente y luego, sin pensarlo mucho se inclinó a la orilla de este mientras observaba su reflejo.

Los años no la habían afectado en nada, seguía viendo a la misma joven que aparentaba unos 12 o 13 años humanos.

Entonces un amargo recuerdo llego a ella, un recuerdo que le hizo recordar una frase.

"Cuando llegues a la mediana edad..."

La quimera frenó sus pensamientos de golpe, queriendo ignorar la negatividad por un rato. Y se concentro en el bosque, en los arboles moviendo sus copas y los animales que paseaban por ahí.

Su sonrisa creció con el sentimiento de calidez en su pecho.

Un poco mas tranquila, la ojiazul se decidió a meter una mano al agua. Algo vacilante, logro establecer contacto, volviendo a sentir un leve cosquilleo que lejos de ser molesto era más bien acogedor.

Fascinada por la nostálgica sensación, se decidió a entrar completamente. No quito ninguna prenda de sí, simplemente entro caminando, sintiendo su cuerpo cada vez mas cubierto del liquido frío y cristalino.

Las orbes azules de la joven hada se dirigieron al cielo, admirando las tonalidades de un cielo claro y puro, todo antes de sumergirse por completo, sin la necesidad de tomar aire.

Abajo todo parecía tan tranquilo, tan pacífico, tan aislado de lo que realmente ocurría arriba. Sin embargo, Cersei sabía que su misión apenas había dado inició, y no podía estar siempre bajo el agua, bajo la paz del lago.

Después de un rato la joven salió de las frías aguas, teniendo un mejor estado, más fuerte y brillante. Así que sin esperar un segundo la pequeña hada emprendió vuelo a Vaizel.

Muy segura de que ahí encontraría a sus antiguos compañeros y amigos.

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La peliblanca caminaba entre la gente del pueblo, con los nervios a flor de piel.

Para ella, estar rodeada de humanos era un poco extraño, ya que sentía que en cualquier momento alguien la atacaría. Lo único que llegaba a tranquilizarla era el hecho de que en su forma actual nadie podría reconocerla.

Al caminar por el pueblo se impresionó mucho al ver más de un cartel con su rostro y nombre. Era extraño porque habían mas de ella que de los demás pecados, además, la habían retratado en su forma elfica pero mayor, aparentando unos 30 años.

Qᴜɪᴍᴇʀᴀ ▸ ᴋɪɴɢ «ɴᴀɴᴀᴛꜱᴜ ɴᴏ ᴛᴀɪᴢᴀɪ»Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz