16. Prométeme una cosa

35 8 12
                                    

Ha pasado un mes desde que vuelvo a estar en mi ciudad natal aunque no he visto nada de ella, me trajeron directamente a la clínica donde voy a hacer rehabilitación durante, mínimo, los próximos seis meses. Los médicos no han dejado de decir que tenemos suerte de que no haya sido peor, tanto para Diego como para mí. Todos los días tengo alguna cosa que hacer con los médicos, no tengo ningún descanso, ni si quiera cuando vienen a visitarme.

Creo que está funcionando porque parece que tengo más fuerza en los brazos, aunque soy incapaz de mantenerme de pie, necesito que alguien esté conmigo por si necesito ir al servicio y me siento bastante inútil. Dicen que recuperaré el poder andar, que la columna no está dañada pero el coma tiene ciertas secuelas y esta es una de ellas. Me va a costar varios meses conseguirlo, lo sé, no han dejado de repetirlo tampoco, pero no sé si voy a ser capaz de soportar todo esto porque estoy cansada y sólo ha pasado un mes.

Diego ha vuelto a grabar y a subir vídeos tras todo este tiempo, ya no pasa los días pegado a mi cama por lo que pueda pasar y en unas semanas vuelve a tener un viaje. La verdad es que no me molesta, todo lo contrario, necesita salir de todo lo que tenga que ver con un hospital y debe aprovechar este viaje. Además, es por algo que le encanta que es su trabajo, volverá a estar rodeado de la gente que le quiere y le apoya, como estoy yo ahora, y volverá feliz y con nuevas energías. Después de todo esto, sumado con todo lo que ha estado diciendo su hermana en el último mes en las revistas, la verdad es que debe de escapar un poco.

*Una semana antes*

–Es sólo durante tres días, me ofrecieron más tiempo para poder recorrer Argentina pero prefiero conocer el país en otro momento en el que puedas acompañarme.

–Bobo –le corto antes de que siga hablando rápido y nervioso –, no te preocupes –sigo respondiendo mientras le aprieto la mano que me había dado mientras me lo contaba –. No debes de preocuparte por nada, te va a hacer bien salir de aquí. Ojalá poder acompañarte para verte sonreír como haces siempre en los vídeos que subes de los viajes.

–Ojalá un viaje juntos, en cuanto salgas de aquí nos vamos donde quieras, prometo que no perderemos el tiempo y haremos todo lo que teníamos planeado.

–Tú ves, disfruta todo y más, vuelve y me lo cuentas con todo lujo de detalles.

****

*Narra Diego*

Estoy en casa editando el vídeo que acabo de grabar para poder programarlo y que se suba a YouTube mientas estoy de viaje, sólo quiero estar pendiente del móvil por si me llama Ali para cualquier cosa, ya le echo de menos mientras estoy en casa, no quiero imaginarme mientras esté al otro lado del océano. Antes me costaba pero no me dolía tanto porque sabía que estaba en casa, que estaba bien.

Mañana por la tarde cojo el bus hacia Madrid para dormir en casa de Carlos y por la mañana del día siguiente debo coger el avión directo a Argentina. Voy a pasar solamente tres días allí pero me parece una eternidad porque aún pasará un poco más hasta que llegue a Zaragoza.

He abierto la carpeta de archivos y tengo una secundaria con los vídeos que voy grabando todavía para Ali, aún no le he enseñado nada y no sé cuándo lo haré. La verdad es que ni si quiera sé si lo voy a hacer, tal vez es más doloroso que vea como estábamos cuando ella estaba en modo pausa.

*Hace tres semanas*

–Estoy acabando de sacar las últimas cosas de las cajas de la mudanza, esto era más divertido cuando lo hacía contigo para irnos a vivir juntos –digo a la cámara mientras abro la penúltima caja –. Espero que cuando salgas te guste este piso para volver a vivir juntos, si quieres.

Dejo la cámara en la mesa mientras sigue grabando todo lo que saco de la caja, parece que está llena de fotos. He tenido que guardar todo bastante rápido pero creo que no me he olvidado de nada, aunque los recuerdos se quedan en el piso que fue nuestro hogar durante un tiempo. Aunque fue hogar mientras ella estaba allí, luego se convirtió en un lugar frío. Mi hogar es ella, son sus abrazos, es su forma de mirar... es ella.

–Mira esta foto –digo acercando el marco a la cámara –, es de cuando fuimos al parque de atracciones y a mí me daba vértigo casi todo. Creo que fue uno de los mejores días de mi vida aunque también uno de los peores, me obligaste a subir a muchas que no quería aunque fue divertido –miro de nuevo la foto –. Debemos de repetir –digo sin apartar la mirada del marco.

***

–¿Cómo va, amor? –pregunto cuando entro en su habitación y veo que está despierta.

–Pues igual que ayer y todos los días anteriores –responde sin ninguna alegría, se nota que está bastante cansada.

–Hay que darle tiempo, las cosas no se curan de un día para otro, solamente ha pasado un mes, cielo –contesto cuando ya estoy al lado de la cama y me siento.

–Pero estoy totalmente agotada.

–¿Quieres que me quede contigo?

–Sí, pero tienes que ir, no voy a dejar que te quedes aquí por obligación.

–Si me quedara no sería por obligación –insisto –, sería porque quiero y porque me apetece estar contigo.

–Pero tampoco estoy obligada a recibirte, ¿cierto? –responde en tono de amenaza.

–No.

–Pues ya sabes –dice queriendo terminar esta conversación y ya sé que eso es que no me dejará entrar hasta dentro de tres días y, sino voy, será durante mucho más tiempo.

–Pero no puedo obligarme a irme –respiro hondo –. Vamos a calmarnos un poco, has tenido un día bastante duro y estás cansada –me acerco a ella para darle un beso en la mejilla –, vamos a dejar la conversación antes de decir cosas que no queremos.

–Vale, pero debes darme un beso –responde con una pequeña sonrisa en los labios.

Se lo doy sin ningún reparo, si hubiéramos seguido la conversación habría terminado bastante mal y lo sé.

–Debes de prometerme una cosa antes de irme –asiente levemente –. Debes de llamarme cuando puedas, quiero escuchar tu voz que la he echado de menos y, otra cosa –vuelve a asentir tras darme otro beso –. No hagas ninguna locura mientras esté fuera, por fa.

Cámara, acción [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora