♡Ángel | Meliodas (Nanatsu No Taizai) 1/3♡

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El encanto de la inocencia llama la atención de los demás, incluso de aquellos que no alcanzaron a lograr ese sexto sentido precioso.

Sonrió gentilmente una vez estuvo parada enfrente de él, aun así, la ignorancia la aprisionó con descaro, a lo que oprimió los finos labios en una línea recta antes de fruncir el ceño.

Él solo la miró y ya, ni siquiera dijo algo.

—Zeldris. —pronunció con gentileza al verlo, pero éste no volteó.

Si bien comprende que los llamados Mandamientos son extraños, y ella no puede despegarse de la idea de que algo está pasando en el castillo por el comportamiento hostil de éstos. ¿Por qué tanto silencio? Es decir, ¿qué está ocurriendo?

La inocencia le ganó aquel día, fue terrible que lo haga, porque acuesta de Ai -el ángel caído de las estrellas- ella no pudo darse cuenta que su aspirante a Rey había escapado del reino y la dejó sola entre demonios hambrientos de ángeles.
Y con lamentos de un corazón herido, el ángel lloró años sin ser capaz de comprender por qué la habían abandonado.

✿❀✿

Los años pasaron, las décadas no se hicieron notar y menos los siglos: que éstos no lograron marcar una diferencia o bueno tal vez sí una; él ángel de los demonios ya no tenía vida, simplemente se podía apreciar en su mirada el recelo de un zafiro vacío, uno que no tenía armonía, ya no traía calma y no traía nada.
El antiguo ángel de cincuenta años físicamente permanecía igual -ningún cambio- pero en su expresión nostálgica se podía apreciar el dolor del abandono y el sufrimiento de un corazón roto. Sus bellísimos ojitos permanecían cristalizados la mayoría del tiempo, porque eran el calco mismo de la huida de su amado.

Aquella vez el Rey se encontraba furioso, ardió de la ira en una fuerte y aterradora mirada furtiva que prácticamente asesinaría a cualquiera. Pero no, eso no pasó: Los Ángeles -específicamente Ai- calman a las Diosas y a los Demonios. Ellos son el confort de los espíritus de la Destrucción y de la Creación, para ser exactos, los ángeles pertenecen a una clase superior que éstos insensatos que aclaman a destruirse entre sí.

En pocas palabras, Ai calmó a el Rey Demonio. Sin embargo no fue así del todo. Su poder se oprimió gracias a que sentimentalmente tenía dolor... Vió cómo él maldijo a su hijo, a ese ser que ella amaba con el alma, y como castigo ella aceptó aquel decreto que éste impuso por la traición de aquel ser.

Los Ángeles se mantienen en los regazos de los reyes, pero ésta respetó a su igual y permaneció junto al trono observando cómo él se desquitó a los cuatro vientos de su hijo mayor: Los Mandamientos estaban horriblemente enojados y ella la ligó indirectamente.

—¿Por qué le ha hecho eso a su hijo? —cuestionó ella en la soledad de los aposentos del Rey, manteniendo una postura rígidasin perder la dulzura de su voz. —Esto es... —pero fue callada, la fuerte mirada que le lanzó el presente la hizo callar de golpe, porque eso comprobó que Meliodas había hecho algo malo, algo muy malo.

—Ai. —el ángel se estremeció por completo y levantó la mirada del suelo para verlo. Con las manos puestas en el regazo ella lo miró con miedo e inquietud, su labio inferior empezó a tiritar y esa vez le vibró hasta el alma por el terror. —El amor de mi hijo no te pertenecía solo a ti. —abrió los ojos de golpe y pos la cristalización de éstos ella hizo un mohín, evitó llorar, pero su alma dolía demasiado. —Joven ángel, él ama a una diosa y peleó junto a ella para alcanzar su amor. Y junto con la Deidad Suprema los hemos maldecido por ser ariscos a sus pares...

❀ One Shots | Anime/Games ❀ (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora