Capitulo 9:

13.2K 363 16
                                    

Sunna iba cantando en la parte de atrás de la camioneta mientras Teitur y Elín se daban miradas en cada semáforo. Sus oídos aún retumbaban y el alcohol no ayudaba a la conducción del chico así que se tomó su tiempo para poder llegar hasta la casa de la chica, aunque realmente quería ir rápido.

Cuando pararon en la puerta de la casa, la muchacha casi saltó sobre ellos para besar sus mejillas, ella también tenía intención de irse para dejarlos solos y eso Elín se lo agradecía eternamente. Esperaron a que bajara y sacara las llaves de su bolso. Teitur lentamente deslizó una de sus manos a la rodilla de la chica y la acarició por sobre el jean, generando que se ruborizara.

—¡Ah! No se olviden de probar mi app, eso va antes de cualquier cosita que quieran hacer

—¡SUNNA!

—Ya, ya— sacó sus llaves y las sacudió en el aire— aquí están, ya pueden irse a pasar la noche como Dios los trajo al mundo

Elín estaba agotada de sus comentarios que la ponían aún más nerviosa, y su amiga lo sabía, pero al fin y al cabo, también era un momento incómodo para ella. Teitur apretó su mano sobre su rodilla y arrancó el auto en cuanto la pelirroja entró en su hogar.

—¿A qué se refería con su app?

—Una estupidés que encontró por internet

—¿Y de qué trata?— murmuró curioso mientras comenzaba a subir el volumen a la radio, pero sólo lo suficiente para que esté de fondo.

—Creo que te permite comparar árboles genealógicos, busca parentescos

—¡Eso es increíble!— Teitur apretó un poco el volante y se giró a verla, pero toda chispa desapareció de sus ojos— ¿No te entusiasma?

—No, la verdad no. Encima la descargó en mi celular

—Hazlo en el mío, yo sí la quiero tener. Mi tío ama ver esas cosas— le entregó su celular y esperó a que la descargara.

—Listo

—Genial... ¿está todo bien?— susurró al verla con cierto nerviosismo.

—Me escapé de casa, fui a bailar a un bar-club y ahora estoy yendo a tu casa

Mantuvo su silencio, no quería incomodarla más de lo que ya estaba. Nuevamente creía que todo se iría por la borda, perdería toda oportunidad de pasar la noche con ella y se estaba tornando su mayor temor.

—Ya estamos llegando— Elín asintió al tiempo que él detenía la camioneta en su garaje. Guardó el auto con más ilusiones que antes, quizá de esta forma ella no cambiaría de pensamiento.

Mientras la puerta se cerraba ocultando todo reflejo de luz en sus rostros, ella vio sus ojos y de alguna forma el calor que había sentido en el bar-club volvió a la vida. Entraron por la puerta trasera que conectaba el garaje con el living. La casa parecía estar envuelta tanto en las penumbras como en el silencio.

—¿Te gustaría tomar algo?— Elín asintió lentamente mientras lo seguía hasta el espacio más blanco que había visto en su vida. No parecía una casa islandesa, de hecho la casa entera poco tenía de parecido a la suya.

—¿Tu tío es de aquí?

—No— frunció el ceño sorprendido por su pregunta. Tomó dos botellas con sidra y las abrió para entregarle una a ella— ¿Por qué la pregunta?

—Tu casa no tiene nada de parecido a la mía

—Podría decir lo mismo de la tuya

—Pero la mía tiene todo lo que una casa rústica tendría

Mi porción de sangre (Elín y Teitur)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora