LA LEYENDA DE SLEEPY HOLLOW

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Encontrado entre los papeles del difunto Dietrich Knickerbocker

En el seno de uno de esos espaciosos recodos que forma el río Hudson en su tramo oriental, y que los antiguos navegantes holandeses llamaban Tappaan Zee, donde los marinos prudentemente recogían sus velas e imploraban el apoyo de San Nicolás, se encuentra un pequeño pueblo rural, en el que se celebran ferias con frecuencia. Algunos la llaman Greensburgh, pero la mayoría la conoce más propiamente por Tarry Town. Se dice que le dieron este nombre las amas de casa de la región vecina, debido a la inveterada propensión de sus maridos a pasar el tiempo en la taberna de la villa durante los días de mercado. Como quiera que sea, yo no aseguro este hecho, sino que simplemente me limito a hacerlo constar para ser exacto y veraz. No muy lejos de esta villa, quizá a unos tres kilómetros, se encuentra un vallecito situado entre altas colinas, que es uno de los lugares más tranquilos del mundo. Corre por él un arroyo, cuyo murmullo es suficiente para adormecer al que lo escucha; el canto de los pájaros es casi el único sonido que rompe aquella tranquilidad uniforme. Recuerdo, cuando era todavía joven, mi primera excursión de caza en un bosque de nogales que da sombra a uno de los lados del valle. Había iniciado la caminata al mediodía, cuando todo está tranquilo, tanto que me asustaban los disparos de mi propia escopeta que interrumpían la tranquilidad del sábado y que el eco reproducía. Si quisiera encontrar un refugio a donde dirigirme para huir del mundo y de sus distracciones, y pasar en ensoñaciones el resto de una agitada vida, no conozco lugar más indicado que este pequeño valle.


Debido a la particular tranquilidad del lugar y al carácter de sus habitantes, que son descendientes de los originarios colonos holandeses, esta aislada región ha sido llamada Sleepy Hollow. En las regiones vecinas se llama a los campesinos de esta región «los muchachos de Sleepy Hollow». Una influencia letárgica y ensoñadora parece invadir hasta la misma atmósfera. Algunos dicen que un doctor alemán embrujó el lugar, en los primeros días de la colonia; otros afirman que un viejo jefe indio, brujo de su tribu, celebraba aquí sus peculiares ceremonias, antes de que estas tierras fueran descubiertas por Hendrick Hudson. Lo cierto es que el lugar continúa todavía bajo la influencia de alguna fuerza mágica, que domina las mentes de todos los habitantes, obligándolos a caminar como en una continua ensoñación. Creen en toda clase de cosas maravillosas; están sujetos a trances y visiones; frecuentemente observan hechos extraños y oyen melodías y voces en el aire. En toda la región abundan las leyendas locales, los lugares encantados y las supersticiones. Las estrellas fugaces y los meteoros aparecen con más frecuencia aquí que en ninguna otra parte del país, y los monstruos parecen haber elegido este lugar como escenario favorito de sus juegos.


Sin embargo, el espíritu dominante que se aparece en estas regiones encantadas, y que parece ser el comandante en jefe de todos los poderes del aire, es un jinete sin cabeza. Se dice que es el fantasma de un soldado de las tropas del gran duque de Hesse al que una bala de cañón le arrancó la cabeza, en una batalla sin nombre, durante una revolución; los campesinos lo ven siempre corriendo por las noches, como si viajara en las alas del viento. Sus excursiones no se limitan al valle, sino que a veces se extienden por los caminos adyacentes, especialmente hasta cerca de una iglesia cercana. Algunos de los más fidedignos historiadores de estas regiones, que han coleccionado y examinado cuidadosamente las versiones acerca de este espectro, afirman que el cuerpo del soldado fue enterrado en la iglesia, que su espíritu vuelve a caballo al escenario de la batalla en busca de su cabeza y que la fantástica velocidad con que atraviesa el valle se debe a que ha perdido mucho tiempo y tiene que apresurarse para entrar en el cementerio antes de la aurora.


Esta es la opinión general acerca de esta superstición legendaria que ha suministrado material para más de una extraña historia en aquella región de sombras. En todos los hogares de la región se conoce este espectro con el nombre de «jinete sin cabeza de Sleepy Hollow».

La leyenda de Sleepy Hollow - Washington IrvingWhere stories live. Discover now