Prólogo

1K 91 6
                                    

La sangre goteaba desde la cama, el hombre se levantó, colocando la camisa nuevamente sobre su torso desnudo. Vio a la mujer que aún conservaba el brasier, cada puñalada enrojeciendo la blanca tela. Maurizio Da Luca tomo el cuchillo y observo su reflejo en el sucio acero, su expresión imperturbable que le daba un aspecto sombrío.

Su interior no concordaba con el resto de las prendas que termino de colocar en su cuerpo, el rosario brillando en su cuello y la sotana negra como la noche que lo arropaba. Su interior estaba podrido al igual que la iglesia de la que algún momento creyó ser siervo. Con su máscara de paz puesta cuando ríos de sangre tiñen cada uno de los rincones de su historia.

Estúpido él que confió en sus vacías palabras

Desdichados los que le seguirán.

DIOS TE SALVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora