¿Acaso pensabas que ahora es diferente?

9 0 0
                                    

Me despierta un fuerte dolor de cabeza. Abro los ojos y el sol parece querer dejarme ciega.

Estoy sola en la cama, aunque toda mi habitación huele diferente. Huele a él.

Voy al baño y confirmo lo evidente. Si Adriana, has dejado de ser virgen.

Bajo las escaleras y un rayo de esperanza pasó por mi cabeza al pensar que podría estar allí.
Pero no está.

Desayuné unas tostadas con mantequilla y mermelada y subí a ducharme. Paso por mi habitación para coger ropa y cojo mi móvil. Muchos mensajes de Ale y Anna , pero ni rastro del él.

Paso unos veinte minutos debajo de la ducha, pensando bien en lo que hice anoche. Quizás no lo pensé con bastante claridad.

Salgo y me visto con una sudadera ancha verde y unos leggins negros. Me hago una cola alta y me acuesto en el sofá. No dejo de mirar los mensajes. Son las 5 de la tarde, no se ha molestado ni en decirme hola. Quiero hablarle, pero el sonido de alguien tocando la puerta me hace bloquear el móvil.

Voy con una sonrisa hacia la puerta. Algo dentro de mí me dice que es él. Pero mi sonrisa desaparece cuando abro la puerta y lo veo.

-Hugo- digo con voz de sorpresa- ¿Qué haces aquí?

-Quería pasarme a ver cómo estabas -dice mirando hacia el suelo.

-Ayer te fuiste sin más. No sé qué se te pasó por la cabeza.

-Adri todo esto está siendo muy difícil para mí.-dice echándose el pelo hacia atrás- Pensaba que si me alejaba te olvidaría, pero cada vez que nos vemos y pasa algo como lo de ayer, o como cuando dormimos juntos. Adri cada vez esto que siento por ti se multiplica. Y te juro que no se como hacer que pare.

El tenía la cara roja y yo no sabía qué responderle. No lo veía de esa manera, pero tampoco quería causarle más daño.

-Hugo... Esto ya lo hemos hablado muchas veces - digo tocándole la mejilla- ya lo intentamos, y yo no siento lo mismo que sientes tú -agacho la cabeza, no puedo seguir mirándole a la cara.

-Adri solo dame una oportunidad. Hemos vivido mucho juntos, siempre te he sabido esperar, puedo hacerlo el tiempo que necesites, pero necesito un poco de esperanza en saber si tengo alguna oportunidad.

-Hugo no hagas esto más difícil. No te veo de esa manera. Eres mi amigo, nada más.

-Es por ese tío ¿no?

-De que tío hablas Hugo.

-De Dani. Cuando no andas conmigo estás con él. -dice mientras yo lo miro con los ojos como platos.- Es más, puedo hasta pensar que el ahora mismo está aquí.

Dicho esto cierra la puerta y se dispone a ir hacia arriba. Yo lo sigo, nose hasta donde quiere llegar.

-Hugo no digas tonterías. El no está aquí.

Entra al dormitorio de mi madre, después al cuarto de invitados y por último a mi habitación.

Está un poco desordenada. La cama sin hacer alguna que otra cosa por medio. Hasta que lo vi. Y rezaba por qué él no lo viera.

-Hugo estás viendo que aquí no hay nadie, por favor, vamos abajo a hablar las cosas tranquilamente.

Pero entonces mira hacia la papelera. Sí señor, allí estaba la prueba que afirmaba lo que pasó anoche.

-Así que es eso. -Dice con la cara un poco desconcertada.

-Hugo todo tiene su explicación. Por favor déjame que te explique. -digo intentando acercarme, a lo que él me aparta fríamente.

-Jamás pensé que caerías en los brazos de ese tío. Te veía diferente, y apostaba por qué lo fueras. -mira hacia abajo. Puedo jurar que tiene lágrimas en los ojos al igual que yo. - Pero no lo eres Adriana, aunque yo no quiera aceptarlo.

Solo podía llorar.
Me estaba diciendo la realidad, y la verdad duele bastante.
Solo era otra más que había caído en sus palabras peliculeras y en sus abrazos falsos. Y me había dado cuenta ahora, cuando sabía que iba a perder a un amigo increíble y apostaba a que a dos amigas con las que hice una promesa... Y no la cumplí.

Hugo intenta salir de mi habitación. Intenta pasar por delante mía. Pero le cierro la puerta. No quiero que se valla sin que me escuche.

-Hugo, por favor, solo déjame que te explique ¿Vale? Se que la he cagado bastante, se que se ha aprovechado de mi, de que soy muy ingenua y que hasta ahora no quería ver la realidad. Joder. Me dijo que sentía cosas por mi. Y como una tonta me lo creí. No me dejes sola ahora Hugo.

-Adri, tu sola te has buscado esto. He estado para ti siempre, jamás te he faltado. Pero no puedo seguir al lado de alguien que cada daño que me hace es mayor. ¿Enserio creías que ahora él es diferente?

Y caí al suelo, llorando cual niña pequeña. Él abrió la puerta de mi dormitorio y se fue.

Estaba sola.

Nose cuanto tiempo estuve llorando, solo se que fue el suficiente para que mi cara se hinchara y se enrojeciera.

Baje al salón y me acurruque en un rincón del sofá.

Y empecé a recordar cuando Dani corría detrás mia para pillarme, pero también cuando Hugo me pilló mirándole mientras tenía los ojos cerrados.

Había pasado tantas cosas en tan poco tiempo, que mi corazón y mi cabeza no sabían cómo llevar esta situación.

El sonido del timbre me sacó de mis pensamientos.

¿Quién podría ser a las diez de la noche?

Abro la puerta y ahí estaba. Quien menos necesitaba ver en ese momento. A quien menos tenía ganas de enfrentarme ahora.

- Hola preciosa -hace el intento de darme un beso pero tan solo me sale darle una bofetada en la cara. Su expresión de asombro es lo primero que llego a ver.

-Ni se te ocurra volver a aparecer por esta casa. -Digo mientras lágrimas caen por mis mejillas.

-¿Pero qué te pasa? - su cara no cambia la expresión de antes.

- Ya has conseguido lo que querías, me has echado un polvo y te has largado sin decir adiós siquiera. Desapareces todo el día y ahora vienes como si nada.

-Adri sabes que eso no es así. Me he sincerado contigo, sabes cómo soy.

-Yo no sé cómo eres ni cómo he podido creerme todas tus mentiras. -No se de donde me salen tantas lágrimas pero a estas alturas ya me cuesta hasta respirar. -Solo se que desde que te conocí mi vida se ha ido desmoronando poco a poco. He fallado a personas importantes en mi vida por tu culpa, por tu forma de ser. ¿Quién me dice a mi que no soy otro juego para ti?

-Adri créeme, no eres ningún juego. -Dice mirándose las manos, nervioso. -Te quiero ¿Vale? Y me resulta raro hasta a mí, pero es así.

-Dani, tu no me quieres. Para querer a alguien primero te tendrías que querer a ti.

-Adri yo voy a cambiar, estoy en ello. De verdad que te quiero.

-Dani solo quiero que te vayas, no quiero verte más.

-No. No puedes hacerme esto. No puedes enamorarme y luego alejarme. 

- Adiós Dani.

Cierro la puerta y puedo escuchar como cae de espaldas a la puerta.

Y lloro desoladamente porque yo, Adriana Gnaw, estoy enamorada de ese idiota que está tras mi puerta...


Toda Una VidaWhere stories live. Discover now