Voces de la noche

¿Quien eres tu?

Hoy me he dado por vencido, juro por mi Díos que hice todo por encontrarle pero tras mucho esfuerzo ni yo, ni mi familia, ni amigos y tampoco la policía encontramos a mi hijo, mi esposa estaba desconsolada pero fueron quince dias de búsqueda sin exito y estabamos resignados a lo peor, no imagino algo peor para un padre que la perdida de su hijo, el tan solo tenia siete años, desde el dia que no lo vimos comenzamos la búsqueda, dia y noche, hora tras hora, cada que mi celular sonaba las esperanzas de que lo encontrarán crecían pero no, nunca paso.

Hoy mi esposa tambien se a resignado, mis amigos y família tambien se habían detenido, ya no teniamos esperanzas de nada, el cuarto de mi pequeño estaba tal y como lo dejo, me sentía mal, pero algo en mi me decia que cerrara éste círculo y que podria estar tranquilo ya, tras eso pasaron otris tres días sin novedad, con la casa senciosa y gris tan triste, mi esposa y yo apenas hablábamos.
Me disponía a salur a trabajar, habia perdido muchos días en mi búsqueda y era hora de volver a mis deberes, en ese momento el timbre de la puerta sono, camine y abrí la puerta, era un oficial de policía.

-Señor Robles, buenos dias.
-Buenos dias, ¿pasa algo?.
-Bueno señor verá, mi compañero y yo no desistimos en la búsqueda de su pequeño, hoy por la mañana, mi compañero le encontró cercas de el rio y...

En ese instante todo lo que decía el oficial no me importo, mi atención se centro en el otro oficial el cual bajaba con un pequeño de siete años, con la ropa de mi hijo y los mismos ojos, el mismo cabello, el mismo rostro, mi esposa salio corriendo y le abrazó los ificiales se despidieron y entramos a casa, mi esposa le abrazaba y besaba, pero el no decia nada, solo me veía con burla, odio y miedo, no el miedo era mío, como le explicó a mi esposa que lo que esta abrazando no es nuestro hijo, se parece a el, se ve iguale, pero no es nuestro hijo, no puede ser el, porque yo, yo mate a mi hijo ase dias y lo enterre cercas de el rio, no se que ed esa cosa, pero tu no eres mi hijo.