• ᴄ ᴀ ᴘ ɪ ᴛ ᴜ ʟ ᴏ ɪx •

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Dos semanas después

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Dos semanas después.

— ¡Esto es injusto! —Jackson tiró el mando a un lado y se cruzó de brazos.

— No metas excusas, niño. Nadie puede ganarme, acepta que gane justamente—hizo un pequeño puchero y negó con su cabeza.

Nunca es bueno jugar con alguien que es igual de competitivo que yo. Me levanté del sofá y me fui hacia la cocina.
Aproveché estas semanas para estudiar. Las pruebas finales están por venir, así que le dediqué todo mi tiempo a estudiar un poco las materias de mierdas que más se me complicaban. No crean que soy el tipo de nerd que está todo el día estudiando como Jackson o Luke, solamente lo hago porque quiero terminar la bendita escuela y no quedarme con ninguna materia. ¿Saben el alivio que sería no ver más a los inútiles de mis compañeros? Pues, sería un gran alivio. Y si se lo preguntan, no, no estuve estas semanas Jackson, más bien, intenté evitarlo lo máximo posible. En parte lo logré, hasta que estos malditos hijos de perra comenzaron a invitarlo seguido al departamento. Además de eso, anda detrás de mí como si fuera mi mascota. No sé qué es lo que trama, pero en algún momento lo sabre, simplemente no puedo creer que alguien se vea tan encantado en conocerme como lo está él. Mierda, no lo soporto, hay mucho cariño y bondad en él.

Entré a la cocina encontrándome a Max quien está preparando la cena.

— ¿Cómo va eso? —pregunté al verlo.

No sé quién sea la desafortunada chica que termine siendo pareja de Max, pero sin duda tendrá una ventaja; Max sabe cocinar. Y no es el típico chico que cocina pura mierda fácil, Max era capaz de hacerte un gran banquete. Sin duda alguna, si Max se empeña en terminar la escuela este año, por fin podrá ir a la universidad y dedicarse a la gastronomía, como siempre quiso.

— Muy bien, la verdad—responde—. Me alegra que por fin tú y Jack se lleven bien.

Max siempre que ve que me llevo bien con alguien se alegra, y siempre me lo dice luego de agradecerme por haber aceptado que estén en mi vida. Sin duda alguna Max era el típico amigo que comienza a decir estupideces amorosas a sus amigos al estar tan ebrio, solo que no lo está, esas estupideces amorosas suele decírnoslas cada día.
Con ellos no he sido una mala persona ya que en el primer momento que me vieron entrar a la casa de sus padres junto con mis hermanas, me ayudaron, y mucho. A mi cuando alguien me ayuda, me siento totalmente agradecida, aunque no lo diga.

— Sí... bueno, cambiemos de tema. ¿Dónde está Luke?

Se quitó los guantes de cocina y los dejó a un costado.

— Desde que supo que tiene que darte su tarjeta de crédito por haber ganado la apuesta que hiciste con él, no sale de su habitación.

— ¿Seguro es por eso, Max? —pregunté no tan convencida. El tragó fuertemente y no respondió.

Son hermanos, mellizos. Luke siempre que está mal sale corriendo directito hacia Max para contarle sus problemas, así que prácticamente Max se sabe todas las cosas de Luke.

Cᴏʀᴀᴢᴏ́ɴ ᴅᴇ Hɪᴇʟᴏ ✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora