Capítulo 20 (final)

22.7K 2.5K 642
                                    

—¡Te estás comiendo todas las palomitas tú solo! —exclamé.

—¡Eso no es cierto! —dijo Ethan.

Lo golpee débilmente en el brazo y él rió antes de pasarme el tazón con palomitas. No me había separado ni un segundo de mi hermano desde que habíamos vuelto y ahora, en la enfermería de vuelta en Londres y en los cuarteles del Servicio Secreto, por fin habíamos podido cumplir nuestro acuerdo. Me había tomado tiempo convencer al médico que me revisó que estaba bien y no necesitaba nada. Realmente no estaba herida, no había un solo rasguño en todo mi cuerpo. De todos modos también había tenido que soportar pasar por un examen y una revisión psicológica. Había tomado tiempo, pero finalmente había logrado que me dejaran libre y había acudido a ver a mi hermano.

Él no había tenido tanta suerte como yo. Deshidratación, falta de comida, un buen número de golpes y cortes, un par de infecciones. Tendría que quedarse al menos esta noche en observación había dicho el médico. Thomas había pasado a visitarlo también y había traído una pila de dvd's y un gran tazón de palomitas. Él estaba sentado en un sillón a un lado disfrutando también de la película y comiendo dulces de una bolsa mientras yo estaba sentada junto a Ethan en su cama.

Thomas le había explicado todo lo que había sucedido, desde la irrupción a nuestro departamento hasta que yo había terminado involucrada en la misión, y por más que Ethan no se había mostrado nada complacido al respecto sabía que nada era culpa de Thomas y habían quedado en buenos términos. Su asunto sería con los hombres de traje, no con su mejor amigo, con su doble. Y era extraño ver a mi hermano sonreír y bromear con un amigo, verlo de ese modo con alguien que no era yo. Mi hermano nunca había estado mal realmente y se recuperaría, con algo de suerte mañana estaría fuera.

Pero que estuviera en cama no impedía que siguiera siendo el mismo espía. Esperó a que Thomas se levantara para ir al baño para poner la película en pausa. La diversión se borró de su rostro cuando me miró.

—Lo siento mucho Em, no deberías haber terminado metida en nada de esto —dijo él.

—No es tu culpa —respondí—. Además, si tú no estás, no hay quien me dé caramelos cada vez que quiero y eso no es algo que pueda permitirme. ¿Entonces todo este tiempo fue eso? ¿Nada de prestigiosa y lejana escuela privada?

—No.

—Ni trauma psicológico.

—Para nada.

—¿Por qué los juegos? No lo entiendo. Si no querías que me involucrara entonces por qué me entrenaste. Por qué me enseñaste parte de lo que sabías, hiciste que aprendiera idiomas, que supiera defenderme y estar atenta 

—Por si iban tras de ti Em —dijo él—. Quería que si algo alguna vez me pasaba e iban tras de ti no estuvieras indefensa. Que fueras fuerte, que pudieras salvarte y cuidar de ti misma. Y puedes, eres más fuerte e inteligente de lo que crees. La idea no era que terminaras aquí, era que pudieras hacer algo si mi trabajo iba por ti.

—Bueno, te puedo asegurar que no tendrás que preocuparte por mí. Estaré bien. Tan solo prométeme que siempre intentarás volver a casa hermano —dije y él sonrió.

—Siempre —dijo Ethan y suspiró—. Tuvimos suerte.

—Sí, podría haber sido peor —dije y cerré los ojos—. Pero ya pasó. Estamos bien. Todos estamos bien.

—Emma... —dijo él y evité mirarlo, conocía ese tono—. Es un espía.

—Lo sé..

—Y lo mismo que pasó en París puede volver a pasarte por estar relacionada con él. ¿Crees que te tendrán piedad por ser una simple chica inocente? No lo harán, Em. Te atraparán y te torturarán, y todo por él

Pandora **disponible en físico y e-book**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora