Capítulo 9

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Difícilmente logré olvidar lo sucedido arriba del Arc du Triomphe. Pasé todo el tiempo en el hotel sentada sobre mi cama, la hoja de Ethan a un lado y el Ipod al otro, intentando descifrar la situación pero mi mente y mis pensamientos estaban muy lejos. Me era imposible controlarme y no desviar mi mirada a Klaus quien estaba sentado en el sillón con su ordenador y no me prestaba atención. Tal vez él era el bueno, tal vez a su familia no le importaba los medios para conseguir lo que deseaba. Quizás ellos no hubieran vacilado en utilizarme, no hubieran sido sinceros conmigo sino que habrían intentado ganar mi confianza a cualquier costo, tal vez alguno de sus hermanos me hubiera seducido para conseguir lo que quería y yo como una tonta habría cedido. ¿Después de todo qué era peor? ¿Un difícil compañero de cuarto del cual desconfiaba o un simpático chico que me haría confiar en él solo para utilizarme?

Suspiré y tiré de mi cabello mientras intentaba concentrarme en lo mío y alejarme de aquellos pensamientos. Aunque una parte de mí hubiera deseado que él me besara en la terraza, saber cómo se sentían sus labios contra los míos. Sacudí la cabeza intentando deshacerme de aquella idea pero era como intentar quitar un chicle de mi zapato. No podía permitirme ver a Klaus de otro modo, mi hermano estaba ante todo. Además, no sabía nada del sujeto. Podía llamarse Klaus como también Alexander o Remy en lo que a mí me concernía. ¿Y no había leído suficientes libros y visto suficientes películas como para saber que nunca algo terminaba bien por estar relacionado con un espía? Bastaba con recordar el final de papá y la tía Vivien para saber lo que me esperaba.

Pero de todos modos ya estaba condenada a eso por ser la hermana de Ethan. ¿No? Una parte de mí decía que tan solo me estaba repitiendo excusas, la misma parte salvaje y descontrolada que no vacilaba en reclamarle a Maurice y que besaría a Klaus si pudiera. Pero no. Aquella actriz apasionada en mi interior pertenecía al teatro y nada más que a eso. Era común familiarizarse con un personaje que se debía interpretar y empezar a actuar como él, y Julieta no había vacilado mucho con su amor por Romeo a pesar del peligro, pero no podía permitir aquello. Además, el espía en la sala no era específicamente un Romeo.

Luego de dejar en claro aquello fue más fácil continuar... Y no llegar a nada. ¿Cómo relacionas la desaparición de un espía, un archivo llamado Pandora y una lista con algunos puntos característicos de París? Aquello tenía tanto sentido como un mono en tacones altos con un arma, y de hecho lo segundo parecía más lógico y probable.

Al momento de ir a dormir no había llegado exactamente a nada. Sabía que Ethan no me pondría esto nada fácil pero tampoco había esperado que fuera tan complicado. ¡Él me había dejado una simple lista que bien podría ser la lista de lugares por visitar de un turista! Me resultó imposible dormir, no hice más que dar vueltas en la cama sin poder cerrar un ojo mientras mi mente seguía funcionando, intentando encontrar alguna solución por la frustración.

Cerca de la una de la mañana escuché la puerta abrirse y supe sin necesidad de mirar que era Klaus. Perfecto, al menos el insomnio me había servido de algo. Él se deslizó en silencio en la habitación como un profesional y se acercó hasta la silla en la cual descansaba mi bolso.

—Como toques algo te arranco la mano —dije y él se detuvo.

—Tampoco puedes dormir —dijo simplemente como si no lo hubiera descubierto en un intento de robo.

—No, no puedo. Y si tomas algo sin mi permiso te cortaré los dedos, uno por uno.

—Chica ruda. ¿No Bright? –Dijo él y puse los ojos en blanco absteniéndome de recordarle que mi nombre era Emma, sabía que era en vano—. Eres fuerte y tienes actitud y eso te hace peligrosa.

—Peligrosa para ti si no te alejas de mi bolso —dije—. ¿De todos modos qué buscas?

Me senté y enseguida me arrepentí. Hubiera sido útil saber con anticipación que él dormía sin nada en la parte de arriba. Perdí mi fe en el buen físico de los miembros del equipo de natación, o del equipo de atletismo, o más bien de cualquier otro chico que antes hubiera conocido. Sabía que Klaus era delgado y alto, pero solo entonces pude apreciar su grácil figura por completo. Debajo de su piel sus músculos eran tensos y definidos. Su anatomía era algo digno de observar y admirar y tuve que obligarme a controlarme y recurrir a mi actuación.

Pandora **disponible en físico y e-book**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora