3 Cap

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Desde que Jeff y yo somos "amigos", que solo llevamos dos semanas, a eso no se le puede llamar tan rápido amigos, y no es que sea una experta en esas cosas.

Las personas han convertido a Jeff del chico más guapo del instituto  al chico más idiota del instituto, aún así no deja de recibir cartas o declaraciones de amor.

Clay no se lo tomó muy bien,  de hecho, fue a hablar con Jeff.

-Oye... Jeff, ¿porque te juntas con la bola de grasa? -

- Porque somos amigos - le respondío molesto.

Clay se río y al ver que Jeff no se reía se asustó.

-Oye tío, ¿es en serio? -

-Sí, Clay, lo es. -

Jeff se cansó de la conversación y se fue conmigo al escondite secreto.

Después de eso Clay se burla diciendo que somos novios, parece un niño de tres años.

En cuanto a las burlas, Jeff dice que me tengo que defender yo pero yo le recrimino diciendo que alguien me defenderá. O eso es lo que dice mi madre.

Jeff no puede hacer mucho por los insultos, aunque ya hace mucho estando conmigo.

Nos llevamos bastante bien, tenemos gustos similares, lo que hace la relación más sencilla.

Mis padres están muy contentos por mi nuevo amigo y quieren que se lo presente.

Y aquí estamos, Jeff y yo comiendo con mis padres.

-Mamá la comida está muy buena - Le dije a mi madre mientras pinchaba un trozo de pollo.

-Sí, está muy buena - coincidío Jeff

-Muchas gracias chicos- respondió mi madre con una sonrisa.

Yo estaba sorprendida, pensé que le harían un interrogatorio o algo por el estilo.

-Bueno...Jeff, dinos, ¿cuantos años tienes ? -

Retiro lo dicho.

-Emm, pues tengo 16 años. -

-Ah mira, los mismos que Amelia. - sonrió mi madre.

La comida paso a ser un interrogatorio y hasta que no terminamos de comer  no dejaron de atosigarle con preguntas.

Ahora estábamos en la puerta de mi casa, Jeff tenía que irse porque tenía entrenamiento y no quería llegar tarde.

-Siento mucho lo del interrogatorio - dije agachando la cabeza.

-jaja, no te preocupes, mis padres hicieron lo mismo el día que traje mi primer amigo a casa. Y no agaches la cabeza, siempre mira a los ojos, no eres menos que nadie. - me dijo con una sonrisa.

Jeff me caía muy bien, siempre hacía que me sintiera bien, el quería que yo fuera más fuerte.

Nos despedimos y yo me dirigí a hacer los deberes.

Jamás habría pensado que a la mañana siguiente, gritaría a alguien por primera vez en la historia.

                 *           *            *

Me dirigí a mi asiento como todas las mañanas y preparé mis cosas para cuando empezara la clase.

Con el rabillo del ojo  pude divisar que Jeff ya había llegado y que Clay y sus amigos iban a su dirección.

- Ahora que le van a decir.- pensé

Habla Jeff

En cuanto me senté, ya me tenían rodeado, ni 10 minutos llevo aquí, y ya me están tocando las narices.

-Holaa colega - apoyo su brazo encima de mi cuello. Cosa que no me gusto así que me lo quite de encima.

-No me llames colega, no somos amigos, Clay. -

-Bueno bueno, que humos. - sus amigos se reían a cualquier comentario que hiciera.

Menuda panda de inútiles, es lo que pienso cada vez que los veo.

-Verás.. Jeff, al principio, no entendía porque te juntabas con la bola de grasa. (Me cabrea que use  ese apodo.)
Pero, ahora ya lo entiendo, (le mire con el ceño fruncido), te la querías tirar, eh. (Tarde dos segundos en entender lo que  acababa de decir) , no pasa nada, si te gustan las gordas solo tienes que decirlo, veo que lo conseguiste ayer eh.
me levante de la silla.

-Pero, ¿que tonterías estas diciendo? -

Ahora toda la clase nos miraba, incluido Víctor, que ignoraba todo lo que pasaba a su alrededor, todavía es un misterio porque faltó tanto a clase. Amelia me miraba con preocupación y se acercó a nosotros.

-Tranquilo, tío, ayer te vi saliendo de su casa, así que supuse que te la tiraste. -

Estuve a punto de pegarle un puñetazo, hasta que Amelia me detuvo con la mano. Me sorprendí.

-¿Amelia? -  ella se giró en mi dirección, me asuste, estaba cabreada, muy cabreada, jamás la vi así. Incluso Clay estaba asustado.

-Mira Clay, el no se ha acostado conmigo, acepta de una vez que Jeff prefiere estar conmigo que estar con un idiota como tu. - Amelia utilizaba un tono fuerte casi como gritando pero no perdía la calma de sus palabras. Asustaba.

-Bue-e bueno, n-o creo que debas in-sul-t-tar, Amelia - me reí por dentro, Clay estaba tan asustado que le temblaba la voz.

-Entonces,¿ que es lo que haces tú todos los días, Clay? - se quedo mudo, no dijo nada. La clase estaba en completo silencio, estaban tan sorprendidos como Clay o como yo.

- ¡Callate, vuelve a tu asiento y vuelve a ser la cobarde que eres! - gritó uno de los amigos de Clay, eso es lo que hizo que Clay volviera a tener la confianza que tenía en sí mismo.

-¡Eso, eso!, ¿¡quién te crees para hablarme así!? -

Esa gota hizo que colmara el vaso.

-¡Callate tu!, por fin tengo un amigo y no permitiré que me arrebates todo lo que he conseguido,¡así que déjame en paz y trágate tu orgullo por una vez en la historia! - el silencio volvió a la clase.

Habla Amelia

Estoy tan cabreada, siento como si me hirbiera la sangre, pero en el fondo estaba tan sorprendida como ellos de haber reaccionado de esta manera.

Cuando escuche la conversación que tenían, me cabreo mucho, Clay se había pasado de la raya.

La profesora llegó y acto seguido todos se fueron a su sitio, los únicos de pie, eran Jeff, Clay y yo. Sus amigos se fueron a sus respectivas clases o asientos.

-Chicos a vuestros sitios - gritó la profesora.

-Perdón, profe enseguida. - respondió Jeff.

-Amelia ve a tu sitio, luego hablamos - susurro Jeff mientras se sentaba.

Fui hacía mi asiento y Clay hizo lo mismo.

¡¿Pero que he hecho?!

Unos kilos de másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora