Maldita Condena

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-No se lo que hice, no se que es lo que haré.

Si después de meses recién hoy me tiemblan sedientos, los dedos de mis manos llamándote por ultima vez. sacando ese grito silencioso que lloraba en mi vientre.

Vuelan murciélagos dentro de mi, aleteando a oscuras las paredes de mi estómago y voy botando suspiros que se acalambran en el aire, que van soltando de apoco los pétalos marchitos, acumulados como cenizas en el interior.

Debo recordarme que ese amor esta polvoriento y marchito, esparcido por los callejones recónditos de mi salvaje corazón, que al parecer no quiere entender que debe dejar de galopar.

Venir ahora, a estas alturas ha ponerse blandito y de color. después de todo el tiempo pasado, de los días lluviosos y nevados. mejor quédate ahí congelado.

no subestimemos al pobre reloj que avanzo tantas veces, indicándonos el majestuoso tiempo que se perdía estando separados.

Oasís de mujeresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora