Oasís de mujeres

Pueblo Natal

La luna llena acompañaba el reflejo de la laguna esa noche a las 5:22 am.
Ambos nacieron en el mismo lugar, aunque en distintos años, con otras familias y alejados en su realidad con diferentes costumbres. El destino había hecho sus jugadas desde mucho antes, y como el hilo nunca se rompe, sus almas debían juntarse algún día. La primera señal fue la cercanía en que sus familias se reconocieran, a la orilla del río, fuera de sus preocupaciones laborales. En medio de la naturaleza y tranquilidad. El primer contacto involuntario.
La distancia separó sus caminos por primera vez, ninguno pudo darse cuenta porque sus vidas aún no se mezclaban, sin mayor preocupación el destino los separo.
Una vez que el tiempo pasó, y en sus corazones la pasión creció, el destino su mano entrometió, su segunda carta ocupó y en donde ambos nacieron, el destino los junto. Y una conexión surgió, fluyó como el agua del río, una cascada de sensaciones, sin explicaciones, las risas y el cariño especial surgió, el destino sus vidas cambió.
Y los kilómetros que los derrita el calor, la inexplicable conexión los desvaneció, ni el frío de sus sabanas congelará, lo que en ellos creció.
Y que el tiempo se encargue de reencarnar al destino, para que ambos se encuentren en el camino, para que puedas enloquecer tranquilos, bajo la armonía del amor, juntos sin ningún temor..."