¡Once!: vistazo a una vida conflictiva y más preocupaciones a la lista.

Start from the beginning
                                    

No se tardó mucho tiempo para darse cuenta de lo que estaba haciendo y apartó al peluche como si este le quemara al tacto, mirándolo como si fuese culpable de su situación y sin dudarlo lo lanzó a un lado de la cama, el enojo comenzó a formarse de nuevo.

Se frotó el rostro con frustración y abrió el cajón del velador, dentro reposaba un único blíster con una sola pastilla y se recordó que debía salir a comprar más. Ya estaba sintiendo su cuerpo diferente, sus ridículos instintos manifestándose le provocaban náuseas por lo que se bajó rápido de la cama en dirección a la cocina.

Se metió el supresor a la boca en el momento que estuvo enfrente del refrigerador, ni siquiera se sirvió en un vaso, simplemente bebió de la jarra.

Suspiró cuando acabó. Ahora sí. Estaba bien.

—Maldita sea, ¿por qué tienes que ser tan asqueroso? —alguien le arrebató la jarra de las manos y se giró para mirar al alfa. Sus ojos fijos en los contrarios—. Sírvete en un vaso como un omega decente, maldición —se quejó agresivamente, dejando la jarra sobre la isla de la cocina.

«¿Qué mierda tenía que ver ser omega con servirse agua en un vaso?», se preguntó con fastidio.

—¿No deberías estar en el trabajo? —preguntó en cambio, abriendo nuevamente el refrigerador para evitar mirarlo sin bajar la mirada y porque esta vez no podía olvidarse de su desayuno.

Entonces la puerta se cerró con fuerza y frunció sus cejas para mirar al tipo.

—¿Y ese tono? —exigió saber, su mano fija sobre la puerta del refrigerador. El omega frunció sus labios y decidió girarse para ir a su cuarto a alistarse, pero el hombre lo jaló de vuelta—. Háblame con respeto, NamJoon —advirtió.

Él movió su brazo en buscas de ser liberado, pero el agarre sólo se hizo más fuerte y le dedicó una mirada filosa de puro enojo. El tipo era más alto que él por una cabeza, era un jodido alfa enorme con un temperamento de mierda y NamJoon ahora mismo estaba deseando mucho darle un maldito puñetazo en la cara.

—Déjame.

Háblame con respeto, omega.

Su cuerpo entero sintió un horrible escalofrío.

Esa era la única cosa que las pastillas no podían contraatacar: la voz de mando. Esa era la única maldita cosa a la que NamJoon tenía que hacerle frente sin protección y la única que lo hacía sentirse cada vez más asqueado consigo mismo.

Su omega quería bajar la mirada, disculparse y salir corriendo para esconderse y lamentarse por no ser lo que esperaban de él. Su lado humano quería empujar al hombre y molerlo a golpes a pesar de sabía que posiblemente no saldría victorioso. Su cuerpo estaba teniendo una especie de colapso por la lío entre su consciencia y su lobo; él sudaba frío, sus manos temblaban, quería llorar de la impotencia.

—N-No quiero —se soltó, alejándose, su respiración irregular.

El alfa lo miró furioso.

—Omega inútil —escupió antes de girarse para irse de vuelta al sofá.

NamJoon se quedó estático en su lugar, su cuerpo calmándose de los pequeños espasmos mientras procesaba lo que había sucedido. Tragó para pasar el nudo que se había formado en su garganta y se fue directo a su habitación, su cabeza estaba hecha un lío y mientras jadeaba en un intento de calmarse, también se quitaba el pijama.

Una vez con su uniforme en su lugar y con su corazón más calmado, tomó la tarjeta que le dio su madre, se colgó su mochila y salió de casa; necesitaba sus pastillas. Muchas más. Ya no quería congelarse. Ya no quería sentirse pequeño. Quería tomar hasta que ya ni siquiera sienta a su lobo. Quería dejar de ser un débil omega.

De persecuciones y hermanos celosos ✧ ym ➺ omegaverseWhere stories live. Discover now