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Martes 9 de enero, 7:25 a.m.

Lo último que alcanzó a escuchar mientras se encontraba somnoliento fue la voz de su madre avisándole que ya se iba, y él en automático contestó que sí y volvió cinco minutos más al mundo de los sueños.

Para su desgracia habían pasado cerca de treinta minutos. Mierda.

Y ahora, con la bicicleta a máxima velocidad por las calles del condado, iba pedaleando desesperadamente tarde a clase.

Tal vez no entraría a la primera hora, o con suerte el profesor estaría piadoso y le dejaría entrar.

Frenó la bicicleta en el área trasera para dejarla tirada ahí, pero, se percató que estaba siendo ocupada por algunos retrasados de su salón, los cuales le estaban hablando de manera amenazante a alguien.

Quizo dejar la bicicleta sin llamar la atención, pero no pudo evitar la curiosidad y buscó con su mirada a quién estaban molestando esos idiotas. Para su sorpresa, se topó con la mirada indiferente del chico nuevo, y al parecer no lucía para nada asustado, al contrario, tenía una rostro que se consideraría altanero. No era una decisión muy inteligente tomando en cuenta que sus abusores le superaban en número. Entonces todos en ese espacio se percataron de la presencia de Carl.

- ¿Qué miras, emo? No estamos dando show, pero si quieres puedes unirte a él, porque si sigues aquí te daremos la golpiza de tu vida- dijo el líder de aquel estúpido grupo.

Estaba perdiendo tiempo hablando con ellos en vez de ir a clase, pero Carl no iba a dejar que lo intimiden, y menos unos idiotas como ellos.

- Yo puedo ver lo que quiera y estar en donde se me dé la gana. Si les molesta eso, tengan en cuenta que no les temo en lo absoluto- aclaró Carl  de manera amenazadora y mordaz.

- ¿En serio? Bien, da igual. Ya teníamos ganas de darte una lección- se burló el tipo acercándose peligrosamente al más alto junto con algunos de sus compañeros, pero se volteó para gritar:
- ¡No dejen ir al idiota de Edwin!

Edwin, quien había intentado retirarse fue empujado al suelo por uno de los sujetos, lo cual dio inicio a una agresiva pelea: Carl dándose puñetazos con el líder y otros dos tipos; mientras que se Edwin se encontraba en el suelo pataleando para soltarse del agarre mientras un golpe le caía en el mentón.
Nudillos abiertos, sangre en las mangas, ojos morados, partes inflamadas y narices rotas fue el resumen de la pelea hasta que alguien anunció con pánico:

- ¡Viene el director!

En menos de 30 segundos todos corrieron a ocultarse. Carl huyó hacia los árboles que se encontraban cruzando las canchas de fútbol.

Antes de llegar a los árboles, divisó un teléfono en el piso. Después se lo daría a algún tonto del trío maravilla para que se encargaran de entregarlo.

Gracias al follaje y algunos arbustos pudo escapar de la institución por la parte trasera. Al salir, escuchó una respiración agitada, y al voltear vió otra vez al nuevo, que tenía el labio partido y algunos rasguños.

- Deberías dejar de ser tan presumido y estúpido- soltó el pelinegro como si se tratáse del clima.

- ¿Hm? ¿Disculpa?- se giró el pelirrojo con un "¿Te conozco?"  tatuado en la mirada.

| ¿Me enseñas a amar? |Where stories live. Discover now