Capítulo Nº 7 | parte 2

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Viajábamos en el auto de Chrissy, Alex le había instalado en la parte de atrás la sillita infantil para poder proteger a Bobby durante el viaje –aunque fuera corto–, así que yo viajaba junto a él en el asiento del acompañante mientras que Bobby jugaba con sus dinosaurios atrás.

A diferencia de en otros viajes con Alex, la música que sonaba en el estéreo no era jazz, sino música infantil, la cual Alex tarareaba o cantaba con emoción. Debo admitir que varias veces se me escapó cantar alguna que conocía de mi infancia, lo gracioso fue que hubo un momento donde fuimos Alex y yo los emocionados con la música, porque Bobby comenzó a regañarnos para que nos calláramos.

—Ahora entiendo por qué siempre desaparecías —dije con una risa.

—Sí. Cuando Chrissy me llamó para que fuera a buscarla a tu casa yo estaba en el hospital con Caroline porque Bobby tenía mucha fiebre. Hasta que no le dieron el alta no pensaba moverme de allí, por eso fui a buscarla en la mañana luego de dejarlos a ambos en su casa —dijo con una sonrisa y me miró de soslayo—. Suelo pasar mucho tiempo con él, lamento no habértelo dicho antes.

—No es nada, no te preocupes —dije sin darle mucha importancia y me asomé para ver a Bobby, estaba haciendo que un diplodocus corría a un t-rex—. ¿Qué música te gusta, Bobby?

—Me gusta lo que escucha Kyle —dijo sin dejar de perseguir a ese T-Rex con el diplodocus. Pobre niño, si supiera que la realidad era al revés y que el final de ese cuellito largo no sería bonito—. Suena lindo, ¡es música feliz!

—¿Música feliz? —pregunté con sorpresa.

—Ah, sí —dijo Alex al manejar—. Kyle es hawaiano, suele escuchar su música, a mí también me gusta mucho pero prefiero el jazz y el blues, a Chrissy le encanta por el ukulele.

—¿Quién es Kyle? —pregunté con curiosidad.

—Caroline se casó hace dos años, ahora está esperando un bebé —dijo Alex con una sonrisa—. Kyle es su esposo, quería que yo fuera el padrino pero... Bueno, eso sería un poco extraño, ¿no?

—¿El esposo de tu ex quería que tú fueras el padrino de su bebé, en serio? —dije con una risa y una mueca torcida.

—Es un gran tipo, a veces nos juntamos a tomar unas cervezas. Quería que yo fuera el padrino de su hijo pero como soy el ex de ella... No lo sé, se nos hizo un poco raro y preferí que no, de todas formas ya le hice cientos de obsequios y estoy muy ansioso por su nacimiento.

—¡Kyle es gracioso! —acotó Bobby con una enorme sonrisa—. ¡Es muy divertido! Siempre juega a los dinos conmigo, quiero mucho a papá Kyle.

—¿Papá Kyle? —dije con sorpresa y miré a Alex—. ¿Eso no te molesta?

—No, Kyle es un buen tipo y quiere a Bobby como si fuera suyo, no me molesta.

Llegamos enseguida a casa y Bobby pareció enloquecer de felicidad al ver toda la nieve que se había acumulado frente a mi entrada. Luego de que Alex le desabrochó los cinturones de la sillita infantil, Bobby comenzó a saltar en la nieve con alegría mientras que yo me apresuré a abrir la puerta de casa, después de todo, aunque Alex había buscado en su departamento más abrigo para ambos, estaba haciendo demasiado frío como para quedarnos allí.

El calor me recibió enseguida y vi a mamá recostada de forma perezosa en el sillón, pude ver en la televisión que estaba viendo una película de Rambo, eran sus preferidas. Me acerqué rápido a ella para pedirle que se pusiera un pantalón, ya que estaba apenas con una de mis camisetas y sus piernas se veían completamente desnudas, no quedaba bien eso frente a Alex y Bobby.

Pequeños sorbos de téDonde viven las historias. Descúbrelo ahora