Era una hoja de papel, su hoja de papel, cerca del pequeño cesto de basura que Camila tenía en su habitación y hecha una bola, más arrugada que nada.

<<Ohhh no..>> Negó con la cabeza, levantándose rápidamente, el pánico apoderándose de ella.. <<Debe ser una broma.. Yo no lo hice>>

Sentía casi sus ojos picar, la impotencia en todas sus palabras apoderándose de ella. Entonces todo cayo a ella como un balde de agua fría, aún peor, como un enorme balde con enormes y pesadas piedras en el.

No había sido un sueño, ¿cómo siquiera había considerado eso?

<<Idiota..>>

Entendió todo perfectamente en aquel instante, entendió que la razón por la que ella seguía vistiendo la misma ropa era porque ni siquiera había llegado a su casa, entendió que se había quedado aquí después de golpear a su puerta en la casi madrugada. Entendió lo doloroso. Entendió porque Camila había actuado de tan rara forma hace unos minutos, entendió porque se había tapado con esa rapidez en cuando se dio cuenta que ella estaba despierta, entendió porque no pudo soportar estar con ella en la misma habitación por más de tres minutos. Entendió porque la estúpida carta que había parecido buena idea ayer estaba en el piso, en un mal intento por desecharla en el cesto de basura.

No pudo evitar que las lágrimas salieran con más fuerza, no pudo evitar sentir todo dar vueltas mientras el dolor en su cabeza incrementaba conforme el dolor en su pecho aparecía. Tuvo qué regresar a la cama para tener un soporte, para no caer como ahora quería.

Lo había jodido"

Todos los presentes miraban a la ojiverde, miradas cautelosas, no queriendo que un movimiento en falso provocara que las lágrimas abandonarán los ojos inyectados de la mujer que hasta ahora había narrado de una manera maravillosa la historia.

Maravillosamente trágico en estos momentos. La pasión y el dolor con el que Lauren había narrado los últimos párrafos hizo que el corazón de los pequeños se rompiera un poquito, preocupados por la tía Lolo. Hizo que Cam frunciera el ceño verdaderamente preocupada. Nunca había visto a su madre tan frágil como ahora. Hizo que los mayores le dedicarán una mirada simpática, pero, sobre todo, hizo que pequeñas estacas dolorosas apuñalarán el corazón de su esposa.

─¿Dolió cómo una inyección, tía?─ Se animó a romper el silencio Ally. Lauren le dedicó una sonrisa torcida.

─Casi como una inyección..─ Atino a decir.

─Sabes que la princesa Camz no quería hacerlo, ¿verdad?─ La voz de su esposa sonó, capturando la atención de Lauren, sólo para darse cuenta que habían lágrimas en su rostro..─ Ella no quería que la princesa más bella se sintiera de esa forma. Ella no lo sabía.

─No fue su culpa..─ Hablo quedo Lauren.

─Lo fue..─ Respondió la castaña─ Fue su culpa pero ella no quería dañarla. La amaba más que a nada.

─¿Lo hacía?─ Pregunto a sabiendas Lauren, tratando que las lágrimas por la nostalgia desaparecieran, pero era algo difícil después de todo. Pero a pesar de eso, sonrió divertida a su esposa, la tensión desnivelandose

─Lo hacía..─ Afirmo con voz segura─. Lo hace.

Lauren le sonrió con adoración a su esposa, inclinándose un poco hasta que su mano alcanzo su mejilla roja por las lágrimas, quitando los restos cuidadosamente y con cariño, la castaña derritiendose ante el tacto como siempre.

─La princesa también la ama..

Pero antes de que Camila pudiera hacer algo más, su pequeña adoración interrumpió.

─No puedo creer que la princesa Lolo se embriagara..

─Isabella..─ Reprendió Camila ante su tono de humor.. No siendo gracioso para ella, pero robándole una risa a la ojiverde y a unos cuantos en la mesa. La castaña miro mal a su esposa.

─Lo siento..─ susurro despacio, regresando a su posición actual para enfrentar a su pequeña no tan pequeña─ Créeme que ella tampoco lo creía. Fue muy cobarde ¿no?

─Pienso que fue tierno..─ Interfirió Jane por primera vez desde que había comenzado Lauren a narrar la historia.─ Tal vez fue mala idea eso del alcohol, pero eso no le quita lo tierno, lo que dijo en la carta, a pesar de no estar en sus cinco sentidos.. Simplemente fue tierno..─ Se giró a ver a Camila..─ ¿La princesa aún guarda aquella carta?

Camila sonrió orgullosa.

─Tal vez está un poquito arrugada pero por supuesto que lo hace..

Una Historia De Princesas.- CamrenWhere stories live. Discover now