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ocho.

Everybody hurts.- REM

23/11/1995

Querido Eddie:

 Ocho cartas. Ocho meses. Ocho visitas, Eddie. Ocho puñaladas directas a mi corazón.

Hace unas semanas, dos creo, tres quizás, mi padre vino a verme a nuestro apartamento. Aunque no debería, me sorprendió, ya que hacía meses que no venía a verme, ni él ni mi madre. Se sentó en nuestro sofá, precisamente en tu sitio, lo que hizo que yo sintiera una punzada  en el estómago. Creo que voy a recrearte la conversación, sería más fácil.

"-Hola Charlotte-.- Era la primera vez que le escuchaba llamarme Charlotte, lo que me extrañó bastante, e hizo que me preocupara por lo que iba a suceder a continuación.

-Hola papá.

-¿Cómo estás?

-Bien, supongo. ¿Y tú?

-Yo estoy bien, el problema es que tú no lo estás.

-Te acabo de decir que estoy bien papá.

-Puedes decir misa si quieres, pero los dos, bueno, no solo los dos, y tu madre, y toda la familia, y todos tus amigos, y todo el vecindario incluso, sabe perfectamente que no estás bien, Charlotte. Por eso estoy aquí.

-¿Por qué? ¿Qué quieres?

-Quiero que por primera vez en tu vida pidas ayuda, y estés dispuesta a aceptarla.

-No voy a aceptar ayuda de nadie porque no la necesito.

-Sí, sí necesitas ayuda, Charlotte. La necesitas para sobrellevar todo esto que se te ha venido encima. No puedes pretender hacerlo todo sola.

-Puedo, puedo perfectamente hacer esto sola. Como llevo haciéndolo toda mi vida y como seguiré haciéndolo el resto de ella.

-Habla con alguien, por favor, Charlotte.

-No tengo que hablar de nada con nadie.

-Necesitas hablar con alguien, ¡por que estás perdiendo la puta cabeza!- En este preciso momento empezaron los gritos.

-¡Vete de mi casa!

-¿No te das cuenta de que te estás dejando arrastrar a todo tipo de problemas?

-¡Déjame en paz! ¡Déjame vivir mi vida como me de la gana! ¡Y vete de mi casa de una maldita vez!- Y dicho esto di el portazo más fuerte que jamás he dado en mi vida."

 Y si todavía estuvieras aquí, me dirías que fui muy brusca, que no debí hablarle así, que es mi padre y que eso estuvo muy mal, y el portazo estuvo de más. Y si yo pudiera responderte, te diría que, creo que por primera vez, me da igual lo que digas, porque cuando él dijo eso me hizo muchísimo daño, un tipo de daño que nunca entenderás, que no entenderías a no ser que te lo hicieran a ti.

Eddie, la visita de mi padre me dejó destrozada, y hubiera dado lo impensable para que hubieses estado ahí para abrazarme. O para pegarle un puñetazo en la nariz. O las dos. 

Eternamente tuya, Charlotte.