~19~

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Mi cumpleaños... ya no era un día que yo esperará con tanta ilusión, tenía miedo y mucho. Isael no lo decía pero me daba cuenta que cada día era más duro, sobre todo por las noches, si, siempre sentía que los vellos de mi brazo se erizaban cómo si algo o más bien alguien intentará traspasar la neblina y poder llegar hasta dónde me encontraba.

Eran las dos de la mañana, me sentía inquieta, faltaba una semana para mi cumpleaños, así que cada noche se había vuelto una vigilia larga. Black yacía sentado en una esquina con la espalda pegada a la pared, su cabeza estaba agachada.

— debe descansar ama — suelto el aire y me pongo de pie, ni el frio de la baldosa me hacía sentirme viva, si, había un

Vacio dentro de mí.

— No tengo sueño Black — caminó hacia la ventana, la oscuridad rodeaba la casa, el bosque se veía totalmente oscuro. Ya ni las luces de afuera de la casa encendían, me sentía tan culpable de someter a Isael junto con Regina a llevar una vida de encierro.

— Lo lamento — el murmura.

— ¿Olen puede volver?— lo escuchó suspirar.

— todos los días pregunta lo mismo ama y todos los días le respondo que no se puede.

— algo me dice que si puede volver.

— hace muchos años, existió un mago poderoso, muy poderoso pero él se llenó de soberbia al saberse único, que él podía hacer lo que el resto no. Si él existiera, él podría traer a Olen nuevamente.

— ¿Dónde está el mago?

— Ya no existe — Black se pone de pie — él inició a los Braary, se aventuró en la magia negra e inicio a la gente sombra como yo.

— era malo, es increíble como la gente se daña por el poder.

— el inicio de esta guerra de los Braary con los magos fue porque lo destruyeron, bueno eso se cree que fue destruido, era alguien tan poderoso con un corazón más negro que la noche. Hay otra leyenda donde se dice que él regresará con la ayuda de alguien más.

— esperemos que no pase Black y no regresé.

Los días se habían vuelto monótonos, aburridos y llenos de los berrinches de Henry, lo entendía era un niño de trece años y el encierro forzoso le estaba cayendo muy mal.

Regina cada día me miraba con molestia y ya me sentía cansada de su actuar así que había decidido enfrentarla.

— ¿Podemos hablar? — no aparta su mirada de la ventana, su habitación olía a lavanda, me daba cuenta que para ella era un santuario.

— ¿De qué? — su voz era un tanto dura y llena de molestia pero no me importaba, debía hablar con ella.

— me doy cuenta que te molesta que yo esté en esta casa, he intentando convencer a Isael de que me dejé marchar pero se niega.

— tú serás la destrucción de mi hermano, todos los días, los que te odian intentan traspasar esa barrera que él levantó y temo que alguien lo logré.

— No entiendo el odio — ella sonríe y me observa de la cabeza a los pies.

— eres nuestra enemiga, tú buscaras a destruirnos Merlina, mi hermano lo sabe y aún insiste en protegerte, enfrentarse al consejo que puede condenarlo a la muerte, los Braary pueden arrancar su corazón... o morir en tus manos— niego pero Regina asiente — si, él que Isael proteja a la guardiana, lo convierte en enemigo de su propia gente.

— No puede ser — Regina se pone de pie y camina hacia mí.

— tú, eres la maldición sobre Isael, la mujer que lo destruirá y robara su inmortalidad.

— ¿Inmortal?

— claro, sabes que una vez lo despojen de su inmortalidad, morirá, nosotros nos volvemos más vulnerables que los humanos al quitarnos la inmortalidad.

— Gracias Regina — me giró y escuchó su voz.

— Si realmente quieres escapar, yo puedo ayudarte — la miró sobre mi hombro — sé como evadir la muralla que levanto Isael.

— ¿Acabaría el peligro para él? — ella enarca una ceja y camina hacia mí.

— sí, los Braary no sentirían más tu olor.

— ¿Pueden olfatearme? ¿Significa que donde yo vaya pueden atraparme y a Henry también?

Ella suelta un suspiró.

— deja a Henry, yo lo cuidaré.

— no, alguien que carga con odio en su corazón hacia mí, no le confiaría a mi hermano.

Salí de la habitación, hasta el momento Regina se notaba que se llevaba muy bien con Henry. De hecho ella lo trataba como si fuera su hijo.

Mi corazón se sentía pesado, yo era un peligro para la vida de Isael, debía desaparecer por su bien.

Abro la pesada puerta y salgo apresurada, en este momento Black cuidaba de Henry, así que me sentía con la libertad de salir.

— una guardiana muy tonta— miró a todos lados pero no había nadie, sigo avanzando — afuera hay muchos enemigos, cada día la fila aumenta más.

— muéstrate — escuchó un siseo que me hace dar un paso hacia atrás, bajó la mirada y veo una gran serpiente que está levantando su cuerpo de modo que parezca que está de pie, sentía mi cuerpo paralizado... yo le temía a las serpientes, ni en los programas de documentales podía verlas porque temblaba de miedo y ahora tenía una frente a mí, casi de mi mismo tamaño.

— increíble que tengas el don de los magos y puedas hablar con los animales.

—yo... — sentía que mi cuerpo estaba cubierto por una capa de sudor — estoy soñando.

— No lo haces, estoy aquí realmente — sin darme cuenta he sujetado el dedo donde se supone llevaba el anillo de Isael, acaricio mi dedo, creyendo que eso hacía con el anillo.

— ¡Merlina! — él está ahí su cuerpo está en señal de combate.

— Amo — saluda la serpiente, su cuerpo se ha inclinado hacia Isael — estaba advirtiéndole del peligro que hay afuera.

— ¿Puede entenderte?

— Sí, algo que hasta hoy sé, los guardianes no lo hacen — vuelve a echar en tierra su cuerpo para arrastrarse — quizás no es una guardiana.

Veo marcharse a la serpiente, Isael se ha quedado en silencio pero aún dominada por el miedo, me abalanzó sobre él, lo abrazó tan fuerte, por un momento Isael se ha quedado sin moverse pero reacciona y me abraza fuerte sin dejar de repartir besos en mi cabeza.

Me daba cuenta que Isael, se había vuelto en alguien muy importante en mi vida y no quería perderlo.

Levantó el rostro y lo veo a los ojos, su mirada se ha oscurecido, entreabro los labios, me he quedado sin aliento. Él tenía un rostro muy hermoso, curva sus labios en una hermosa sonrisa para inclinarse y besarme lentamente, luego el beso se ha tornado demandante, me gustaba estar en sus brazos y adoraba sus besos...

El Amor de IsaelWhere stories live. Discover now