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— ¿Tú no duermes? — Black me observó mientras me incorporó en la cama para tomar un vaso de agua de la mesita de noche — son las dos de la mañana.

— la gente sombra no duerme — se acercó al pie de la cama — a veces desearía volver a experimentar lo que es dormir y alimentarse. El joven Henry disfruta su comida.

— ¿Por qué eres sombra? — él se sentó en el suelo y recostó su espalda en la pared.

— hace mucho tiempo los Braary, hacían tratos con los guerreros, nunca pensamos que el precio por ganar batallas y tener el reino en paz era alto.

— pero tu peleaste con los Braary.

— cuándo se descubrió las prácticas de los Braary, los magos buenos los desterraron y nos libraron a la gente sombra de su yugo de esclavitud.

— Pero no están descansando — Black me miró o eso creía ya que sus ojos eran dos huecos.

— debemos hacer cosas buenas por 500 años, una vez lo hagamos seremos libres para ir a descansar — lo miré con horror.

— ¿Tanto? — él asintió.

— esos años no son comparados con la eternidad con los Braary, nos castigaron los magos buenos por haber arriesgado nuestro ser con los Braary.

— ¿Cuánto te falta para ser libre?

— cinco años y a Olen un año — se puso de pie — descanse, no sabe la bendición que tiene de poder dormir.

— ¿Cuántos son Black?

— tristemente somos bastantes, muchos cayeron en el engaño de los Braary a través del tiempo.

No respondí sólo me recosté en la cama, cerré los ojos y no evite sentir lástima por ellos.

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— Juró que necesito salir — levantó el rostro y Henry está caminando de un lado a otro — un mes llevamos aquí y estoy por volverme loco.

— pronto regresaremos a casa Henry.

— Vamos al bosque por lo menos, necesito salir, mirar algo distinto a estas cuatro paredes — mi mirada se desvió hacia Olen y Black, estábamos seguros con ellos. Me puse de pie y tomé mi abrigo.

— Vamos — cerré mi red social y eché una última mirada a mi habitación.

Salimos de la casa en silencio, eran las tres de la tarde, el bosque se veía un poco oscuro, suspire, Levante la barbilla y pensé que un paseo en el bosque nos caería bien, observar la naturaleza nos relajaría mucho.

Cuando entramos hermosas mariposas revoloteaban, las flores eran coloridas, sonreí y me regañe a mi misma por ser temerosa.

Los rayos de sol filtraban a través de las copas de los árboles.

— ¿Te gusta? — le pregunte a Henry.

Él levanto el rostro y asintió, sus manos iban en los bolsillos de su pantalón delantero.

— ¿Qué le pasará a Isael? Lo veo menos, no me ha estado enseñando magia.

— debe ser algún problema familiar, Regina y él pasan mucho tiempo encerrados. Si deseas puedes renunciar Henry y podemos irnos a otro lugar.

Él se detuvo.

— sabes que me gusta la magia, no me pidas que haga algo que no quiero. — avanzó dejándome.

Negué y lo seguí pero me detuve al escuchar mi nombre, me giré y no había nadie, Black al parecer no escuchó por que no estaba alerta.

Seguí avanzando y ante mis ojos el bosque se fue oscureciendo, escuchaba voces, llantos, me sentía desesperada y cuando quise correr casi tropecé con alguien, está persona estaba dándome la espalda, miré a mi alrededor y había una muchedumbre todos tenían estopas de fuego en sus manos y sus rostros llenos de furia, no supe cómo pero ya estaba al frente de la muchedumbre. Atados a unos troncos había una mujer joven y un hombre, el pueblo gritaba ¡Quemen a los herejes! La mujer lloraba y miraba hacia todas partes pero luego su rostro se transformó en un remanso de paz.

— ¡Se burla de nosotros! — el hombre que instigaba a la muchedumbre los señalaba, miré alrededor y pude notar a una mujer que nadie había notado, me acerqué y ella entre sus manos tenía una luz azul... pero un hombre a su lado puso su mano en la de ella y le susurró.

— Ya son mortales — ella asintió y separó sus manos — sé que deseabas quitarles su inmortalidad para que no sufrieran no por tu deber.

— Sabes bien que no puedo hacerlo — su voz sonó triste — no puedo cumplir con mi deber.

— pensé que si lo ibas a hacer por lo que te hicieron.

— Vamos — ella se giró y por extraño que pareciera no podía ver bien su rostro pero si, sus ojos, por un momento sentí que ella me miró aunque era difícil porque nadie de ahí parecía hacerlo. Sus ojos me parecieron conocidos pero no sabía el por qué.

Un grito desgarrador hizo que apartara mi mirada de ella, la mujer y el hombre estaba siendo devorado por las llamas, escuché mi nombre aunque no lograba definir de dónde venía hasta que sentí que sacudieron mi cuerpo.

Las personas empezaron a desaparecer, la oscuridad abandonó el bosque y me encontré con la mirada de Isael, él estaba de rodillas y yo tumbada en el suelo.

— Merlina — asiento — ¿Qué pasó? — voy a contestar pero algo en el rostro de Isael me hace ponerme alerta.

— ¿Que pasa? — en mi visión aparece Regina quién tiene los ojos brillantes por las lágrimas.

— Regina saca a Henry del bosque, yo me encargó.

Ella lleva su mano temblorosa a su rostro y asiente.

— ¿Qué pasa Isael? ¿Por qué llora? — me ayuda a incorporarme.

Veo a Regina llevar de la mano a Henry y luego a Black de espalda a nosotros de rodillas.

— ¿Black?

— Está sufriendo — responde Isael, me siento confundida no sé a qué se refiere.

— ¿Por qué? Todo estaba bien hace un minuto.

— destruyeron a Olen.

El Amor de IsaelWhere stories live. Discover now