Un viaje en familia, donde regresan a un pequeño pueblo que hace años visitaron una sola vez, pero el tiempo pasó y todo ha cambiado desde entonces. Donde cuatro adolescentes se enfrentaran con extrañas presencias y terroríficas.
El misterio les l...
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Lo siento, no los quisimos asustar- dijo el nieto de tío con la mirada de impresión.
Como podían haber llegado a este sitio justamente donde estamos nosotros.
- Nos estaban siguiendo? Dijo Adam con voz de alivio. – no, solo los vimos salir y entrar al campo.
- Pero como supieron que estábamos justamente aquí? Dije. Tenía una sensación de que buscan algo, tal vez sea esa cosa rara que vio Adam en ese árbol.
- Solo entramos al campo, sabíamos que estarían en algún lugar cerca del rio ya que es lo unció que separa con el otro lado del campo, buscándolos a ustedes para decirles que la cena ya estará lista. Dijo con un tono poco seria
- Saben cómo llegar al otro lado del rio? Pregunto Adam.
- Para que quieren entrar hay? Dijo ella. – solo quiero saber cómo? Dijo Adam.
Note que ellos dos sabían sobre el otro lado, por un momento ellos se quedaron en silencio, como si es algo prohibido hablar sobre lo el otro lado de este río, donde la luz no llega y ningún sonido de animales ni siquiera de un grillo a luciérnaga, hace que eso sea misterioso.
De pronto un suspiro empezando a pronunciar palabras. Empezó hablar el chico tomando la primera palabra.
- Verán, solo con decirles que la persona que entre hay jamás vuelve.
- A que te refieres con que jamás vuelve? Pregunte.
Así como lo escuchas, hace nueve años como a las cinco de la tarde fue la última fiesta de la cosecha, todo el pueblo estaba festejando, bailaban, reían, bebían, avían grupos de actividades, un grupo buscaba la calabaza más grande, otro grupo colectaba maíz para obsequiar al pueblo vecino y otro grupo traía agua de este mismo rio para arrojarlo a las demás cosechas, pero algo terrible sucedió. Un niño de ese mismo grupo, callo al rio, sus gritos y llantos llamo la atención de los que estaban cerca, la corriente lo llevo arrastrando rio abajo, para ese tiempo la corriente era demasiada fuerte.
- ¿Que le sucedió al niño?. Pregunte con intriga y temor.
Mientras la corriente se lo llevaba, logro agarrarse de unas ramas de un árbol viejo que pasaban de la orilla del rio. Gracias a eso, pudo apoyarse y salir del agua, pero llego al lado equivocado.
- Estaba del otro lado verdad? Dijo mi hermano con voz queda. – si, respondió la chica.
Ella seguía con la historia.
Todos los que siguieron al niño estaban de este lado, dijeron que se quede dónde está, que no se moviera, que traerían una cuerda para traer al niño de vuelta a su familia.
Mientras el niño esperaba con la oscuridad del campo a sus espaldas, observaba a las personas que intentaba ayudar. El pequeño actuaba de una forma rara como si tuviera frio, a de ser por lo que estaba mojado por el agua.
