Capitulo 36

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Me había dicho que me quería, Shawn Mendes había admitido que me quería

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Me había dicho que me quería, Shawn Mendes había admitido que me quería. Sonreí de una manera que me dio vergüenza.

- ¿Qué? - pregunté asegurándome de lo que había dicho.

- Te quiero.

- ¿De verdad me quieres?

- De verdad te quiero.

Y supe en ese momento que no quería escuchar nada más, solo eso. Me conformaba con esas simples palabras salidas de la boca de Shawn. Lo abracé por el cuello acercándome a su cuerpo, él hizo lo mismo y sentí el calor de su cuerpo viajar hasta el mío de una manera realmente espectacular. Ya no quería nada más, ni siquiera respirar, Dios mío, Shawn me quería y lo había admitido después de bastante tiempo y de unas 30 veces que habíamos tenido sexo.

- Tengo que preguntarte algo - dijo alejándome de ese rinconcito en mi cabeza que me recordaba lo feliz que era.

- Dime.

- ¿Haz estado cuidándote? - preguntó con cara de espanto.

- Pastillas, claro. ¿Por qué? - pregunté insegura.

- No quiero que quedes embarazada, no estoy listo para cargar con un problema todavía - dijo con tono seco.

Sentí un golpe horrible en el estómago cuando dijo eso, aunque no sabía por qué, no pensaba tener hijos con nadie por el momento, era seguro que no sabría que hacer.

- Bueno, estoy algo cansado. Ven - dijo señalando su regazo.

Me aventé a su cuerpo con delicadeza quedando atrapada entre sus brazos musculosos y su pecho marcado. Acaricié la línea de vellos que se le marcaba justo debajo del ombligo y sonreí. Esos vellos me causaban algo extremadamente excitante.

- ¿Te gustan? - preguntó algo divertido.

- Me fascinan.

Mordí mi labio inferior y subí la mirada para encontrarme con la de Shawn.

- ¿Me das un beso? - le pedí como niña pequeña. Negó con la cabeza.

- Tú dámelo - reclamó.

- No - hice un puchero y le saqué la lengua.

- Ah, vamos, no seas orgullosa y dame un beso - bufó.

- Dámelo tú - paré la trompita esperando a que sus labios tocaran los míos, pero en lugar de eso sentí sus labios en mi frente. - Más abajito - le pedí, casi implorándole.

- ¿Ahí? - dijo besando mi nariz.

- Un poco más abajo - cerré mis ojos.

Ahora sus labios besaron la comisura de mis labios.

- ¿Ahí está bien? - preguntó.

- Vamos, sé que tienes mejor puntería.

Escuché una pequeña risa.

Sex Instructor (ADAPTADA)Where stories live. Discover now