Capitulo 27

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Maratón 3/4

Desperté en una habitación, familiar, por supuesto. Era la habitación de Eliot. Escuché varias voces, todas, cerca de mí. El primero en acercarse fue él, mi novio.

- Amor, ¿cómo estás? - me preguntó.

Sentí mariposas en todo mi estómago y le sonreí.

- Siento que he dormido horas.

- Solo dormiste unas tres. Tuviste una contusión.

Y recordé cómo William iba a violarme.

- Él...

- En la estación de policías. Shawn pudo agarrarlo y un amigo nuestro que es abogado y otro que es policía lo llevaron para allá, estamos esperando a que nos digan que tenemos que ir a dar declaraciones. Ese idiota tiene que pagar en la cárcel.

- Su novia... ¿dónde está? - pregunté mientras me enderezaba en la cama.

- Está en el comedor. Al fin pudo decir lo que le hizo ese hijo de... - interrumpió lo que iba a decir.

- ¿Puedo hablar con ella? - le pregunté.

- Sí, enseguida la llamo.

Plantó un beso en mi frente y salió de la habitación para decirle a la novia de William que quería hablar con ella. Entró y me dedicó una sonrisa.

- Hola ______ - me saludó. Se sentó en la orilla de la cama y acarició mi pierna. - ¿Cómo te sientes? - me preguntó.

- Mejor.

Un silencio incómodo inundó la habitación.

- Sé lo que te hizo. Pido una disculpa en su nombre ya que iba a casarme con él y eso me hace algo responsable...

- No, no lo digas. No eres responsable de nada - arrugué la nariz. - Toda la culpa la tiene él, nadie más. Ni siquiera se te ocurra decir que tú eres culpable. Supe lo que te hacía cuando vi el moretón - señalé su hombro con la mirada. - No mereces nada de eso. Solo quería pedirte que me acompañaras al juzgado, tienes que declarar. Lo que te hizo no está bien.

- Lo haré ______.

Se levantó y se fue.

- Mi vida, iré a comprar un poco de comida. Te dejaré. Shawn estará aquí.

Tragué saliva. ¿Por qué demonios me tenía que quedar sola con un maestro en el sexo? ¿Por qué?

- Sí, claro. Te quiero - casi lo grité.

Escuché como la puerta se cerró al mismo tiempo en el que mi corazón y mi estómago se apretaron y gritaron.

- ¿Puedo? - se asomó Shawn por el umbral de la puerta.

- Sí - susurré débil.

Escondí mi cuerpo dentro de las sábanas y me puse de lado. No quería ver esos bonitos y sabrosos labios y tampoco sus hermosos ojos marrones.

- ¿Cómo estás? - muy bien, ya puedes irte.

- Mejor. Gracias por preocuparte.

Nos quedamos en silencio. Me senté y lo miré. Llevaba una playera negra debajo de una camisa con líneas verticales negras desabrochada un poco más abajo de su pecho dentro de unos jeans negros. Acomodo su cabello  con la mano derecha, haciendo su usual movimiento de enredar sus dedos en este, sacudir ligeramente la mano mientras arrastra los dedos sacándolos y volviendo a acomodar dando unas pasadas para que se mantuviera fuera de su frente, lo cual nunca lograba, siempre tenia un mechón rebelde que caía sobre ella, dando le un toque sexy. Se acercó sigilosamente a mi rostro y besó mi mejilla. Después mi cuello y al final mis labios.

Sex Instructor (ADAPTADA)Where stories live. Discover now