23.- La Pesadilla

249 30 7
                                    

Eran una pareja demasiado unida, tanto que no había tiempo sin que estuvieran al lado del otro, todos se habían acostumbrado a su nuevo novio, ese chico lindo y tímido que no lograba hablar bien con los demás por culpa del nerviosismo, pero que, gracias a su novio, conseguía tener nuevas amistades... o eso creía.

Eran muy unidos, pero más por una razón, su novio era muy celoso y aunque reconociera que él, sería incapaz de hacerlo por muchas razones, como, por ejemplo, su falta de amigos cercanos, por su falta de valor para acercarse a alguien por sí mismo sin ser supervisado por su novio y por su obvia actitud que decía la verdad o demostraba su mentira de manera tan obvia que no podía hacerlo así nada más.

Pero todo eso no era suficiente para su novio, no podía estar tranquilo, sentía que cualquiera podría intentarlo y no dejaría que eso sucediera, deseaba y haría lo que fuese por cuidar y protegerlo, aunque ahora fuese más difícil aún, gracias a los grupos asignados en una sola asignatura, donde por órdenes de lista, acabó con un chico más.

No podía creerlo, no podía convencer al profesor de quedar con su novio y resignado observaba a su pequeño hablar tímidamente con un patán que le sonreía y hablaba como si se conocieran antes.

¿y si así era? ¿esta sería la primera vez que se veían? Tal seguridad que poco a poco obtenía de su novio no era común.

Entonces, gracias a ese chico vino la primera advertencia, la primera pelea seria por parte de su novio.

-N-No... ¡por favor! No quiero estar solo otra vez, te lo ruego, no te he engañado, por favor créeme.... Me gustas tú y solo tú... – rogó el chico tímido llorando, implorando una oportunidad más a su novio.

- ¿por qué debería perdonarte? Si me amas ¿por qué vas con él? – preguntó molesto, tras verlo siendo abrazado por ese y oír a todos insinuando miles de oportunidades que tenían al estar juntos todo el momento que tenían juntos. 

-no te he engañado, ¿por qué crees más en los demás que en mí? – preguntó dolido, reteniendo las lágrimas para evitar hacer "el escándalo" que tanto le molestaba a su novio.

- ¿por qué creer a quien a todo le coqueta y hace como si nada? –

- ¡Yo no coqueteo! Sabes que tengo miedo de los demás –

-sí, y mejor dicho a las mujeres, bien que lo recuerdo, pero con ese estás super feliz –

-confía en mi palabra... Yo te amo – susurro cansado, no deseaba tener una discusión más acalorada con quién era conocido por ser tan terco.

Sin embargo, esa fue la primera de miles de ocasiones donde su novio amenazaba con acabar con todo o decía frases hirientes a su pequeño chico. Este por más incómodo que se sintiera, como pocas veces, él no logró convencerlo de terminar con esa amistad.

Su nuevo amigo sabía de los celos del novio de él, pero no por ello, lo dejaría solo con alguien que, con solo dos horas a la semana de verlo alejado, se enfadara tanto para tratarlo como una prostituta.

Algo en ese chico tímido era atrayente para desear protegerlo, quizás su amabilidad y gentileza que demuestra al hablar o sus lágrimas derramadas en silencio, sus inseguridades que al final, todos pasamos y él los sentía de una manera tal, que destrozaba su corazón todas las noches.

Y en solo un día, tras tantos meses así, se destrozó frente a sus ojos.

- no puedo más! – gritó el chico tímido sin aguantar abrazar a su amigo- me siento solo... él me dijo que estaría solo por siempre por mi culpa... que tú me dejarías atrás... que solo querías tener sexo conmigo –

Su amigo no pudo hacer más que abrazarlo, no soportaba verlo llorar y no poder tomarlo, demostrar que sus sentimientos eran tan puros que no eran una mentira entre tantas que le han dicho.

-yo estoy aquí porque te quiero... ¿por qué estás con él si te hace tanto daño? –

- porque no quiero estar solo... -lloro ahogándose en la ropa del otro- ¿qué me queda si él me abandona? No quiero volver a estar solo, tengo miedo... sé que no soy bueno hablando, pero soy feliz de solo intentarlo, pero sólo lo tengo a él -

-no, no sólo lo tienes a él -lo tomó de las mejillas para mirarse mutuamente- estoy aquí, estaré para ti... no quiero verte sufrir por él... por dios, mira cómo estás, ¿no notas que toda la pena que sientes son su culpa? –

-él quiere lo mejor para mí – susurro evitando mirarlo, pero fue empujado más cerca de su rostro hasta casi chocar sus narices.

-yo quiero lo mejor para ti, quiero que dejes de tener esa carga, eres más de lo que él te ha hecho creer –

Luego de algo tan especial, él supo que esto era suficiente...

-terminemos –habló el chico tímido decidido como jamás en su vida.

- ¿Qué? ¿Por qué? – preguntó molesto su novio imponiendo tal aura que siempre lo intimidaba...

- ¡no te soporto! No me gusta andar siempre contigo, amo la soltería – dijo sonriente recordando a su querido amigo.

-no tendrás a nadie mejor que yo – grito indignado, nadie podía mofarse así de él.

-y aunque fuese peor, prefiero eso a estar contigo – respondió feroz, harto de todo lo que tuvo que pasar.

-jamás encontrarás a otro como yo, sólo yo he aguantado tus boberías y tus arrancones con otros, hasta una prostituta tiene mayor criterio para elegir a sus clientes –

- ¡B-bien! ¡Vete! – gritó aguantando las ganas de llorar o de rogar perdón, no podía hacerlo ahora que lo había decidido.

Su exnovio se alejaba y cada paso que daba era otra espina en el corazón de Damian que quizás acabaría por destruirlo.

Y una vez su espíritu se rompía del dolor se permitió llorar en soledad.

Sentir como la única persona que pudo ser ese amor eterno y entre tantas personas que pudo alejarlos, sólo el mismo fue quien lo hizo.

Por dentro rogaba porque regresara, pero no lograba soportar más las constantes discusiones que parecían multiplicarse a cada día.

-S-Simone – susurro llorando.

El recuerdo volvía como la pesadilla que a día de hoy es, como el mayor error que cometió de dejarse engañar por su impecable fachada y su dulce actuar.

Despertó llorando con el grito de dolor y auxilio a nada de escapar de sus labios. Intento calmarse, limpiando inmediatamente su rostro, pero era inútil, seguía la marca eterna de su respuesta a todo lo que Simone le había provocado.

-maldito idiota – gruñó tirando la almohada que tenía a su lado y acostándose nuevamente, agotado de que su memoria se encargara de regresar esos momentos a la vida por lo que ahora sucedía...

Una Increible Historia De Amor ♢Yaoi/Gay♢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora