Capítulo 47 | Indomables

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Lo siento muchísimo, sé que tardé en actualizar, pero aquí está :)

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Narra Sean

El silencio se instauró en nosotros desde que Derek le golpeó a Malcom. El tiempo pasaba, y nadie se había acercado a nuestra celda. Cada minuto que transcurría en esa situación tan estresante, me ponía más nervioso.

No podía dejar de pensar en Reese. ¿Estaría bien? Desde el primer grito que había lanzado en aquella prueba, supe de inmediato que sabría cómo ajustarse a cada situación. Por su mirada, su paciencia, y su carácter, no se veía como alguien débil.

Era capaz de muchas cosas, otra cosa es que no lo hiciera.

Cerré mis ojos recordándola. Sus ojos azules, su sonrisa llena de esperanza... Me entristecía el hecho de haberme enamorado de la chica cuyo corazón pertenecía a otro. Lo notaba, lo sabía, y lo sentía. Noah y Reese, ambos se querían aunque la única que lo había dicho directamente fuera Reese cuando el castaño estaba a punto de matarla.

Suspiré frustrado. Nada era peor, que un amor no correspondido.

—Hey amargados, Kara quiere veros—la voz de Lucy me obligó a abrir los ojos con brusquedad.

¿Que nada era peor? Bueno... Eso era discutible.

—Anda, por fin—escupió Malcom con disgusto mientras se levantaba del suelo.

Lucy sonrió frunciendo su ceño mientras analizaba el corte en el labio que tenía Malcom. Sin más palabras, abrió la puerta de la celda junto con cuatro guardias más que cargaban armas y nos lanzaban miradas fulminantes.

Uno de ellos me empujó con su arma, por lo que le gruñí en respuesta transformando mis ojos en rojos. Éste, con miedo, se alejó y desvió la mirada.

Menudos idiotas contrató la CDI.

Todos seguimos a Lucy en el camino sin apenas articular palabra alguna. Malcom iba cabizbajo, Jayden con los brazos cruzados, Irina se encontraba tensa, Connor igual, y Derek iba en modo alerta en cada paso al igual que yo. Seguía sin confiar en Lucy y su forma de pensar tan extremista.

Paramos enfrente de una enorme puerta blanca con bordes grises. Era la sala de las reuniones especiales. Lucy pulsó unas teclas en la pantalla táctil, y la puerta se abrió automáticamente, dejando a la vista a Kara junto a cinco personas más.

Samuel Henning, Daniel y Danna Stewart estando armados de pies a cabeza, uno que desconocía y...Archie Williams.

El hombre, cuyo rostro y poder eran más importantes que la de la propia Kara Mitchell, alzó sus ojos de la tablet que sostenía, centrando su atención en nosotros. Al ver esos ojos color miel, tan duros y distantes, sentí un escalofrío. Sabía de su existencia y de su status en aquella organización y en el gobierno estaunidense en general, pero tampoco es que me hubiera imaginado a Kara trayéndolo al centro.

INEFABLE © 2018 (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora