Orgullo [Nico]

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«Quizás el orgullo te hará sentir fuerte, pero nunca felíz ».

Después de la aclaración de Noah en que podía hacer con mi vida lo que se me diera en gana, regresé a el lugar donde estába con Katherine. Ella me observó con los ojos entre cerrados y luego suspiró.

— Bueno, ¿ Qué ocurrió ahí? saliste huyendo de mí.— preguntó Kath.

— Disculpa, necesitaba hablar con Noah. — Al parecer tu amiga se sorprendió al vernos besándonos, ¿A caso le molestó?— Kath se quedó viéndome a los ojos buscando la respuesta.

— Claro que no, Noah es solo mi amiga.— Aclaré. —Vaya pero vienés hecho un enojo, ¿Está todo bien? Nicolás no quiero sonar fastidiosa pero tu realmente me gustas y siento que hay algo entre Noah y tu, si es así , no quiero interferir.

Tomé las manos de Katherine y las enlace con las mías.
—Katherine, no hay nada entre Noah y yo, solo quería saber si ella estába bien, ha estado enferma y quería saber sobre su salud. Tu a mi me gustas y no se si sea muy pronto pero quiero vivir el ahora y no sé cómo pedírtelo.

—¿Quieres pedirme que sea tu novia?— Esbozó una sonrisa de ilusión. —¡Vaya chico rebelde, ahora eres tímido y más encantador.

— Si, exacto ¿quieres ser mi novia Kath?  — pregunté llevando mi mano hacia mi cabello.

— Si Nico, quiero serlo. Katherine rompió la distancia entré nosotros y me dio un beso dulce e intenso.

¿Es correcto lo que hago?

— solo intentas olvidar a Noah con otra chica. — me contesté a mi mismo.

— Sólo quiero rehacer mi vida.

Esfume mis pensamientos y me enfoqué en Kath.

— Ya que eres mi novia señorita Kath, ¿le gustaría darle otro beso a su tímido ahora novio?
—pregunté sonríendo.— ¡Oh! Por supuesto señor tímido.
—Nuevamente sentí los dulces labios de Kath.

Pasamos una parte de la noche hablando de nosotros, de las clases y que los exámenes estaban a punto de empezar y debíamos estudiar mucho. Llevé a Katherine hacia su casa y me despedí nuevamente con otro beso. Me sentía bien, salir con Katherine era genial, una chica muy linda y agradable, ¿Qué más podía pedir?

Eran las 8pm y decidí pasar por casa de Stefan.

—Hola broth, que te trae por acá, y tan sonriente, eh eh?
—  Stefan estrechó mi mano.

Entramos a su casa y me senté en el sofá, subí las piernas a la mesita que estába en medio y descanse mis pies en ella. — Oye Nico, hoy solo puedo ofrecerte unos delicioso tacos. —dijo Stefan frotando sus manos.

— Si me conoces bien wey, sabes que cuando hablan de comida no me niego a nada, ¡vengan esos tacos!

Nos sentamos a comer y beber Soda. — ¿Qué tal la Universidad?
— pregunté. — ¡del asco wey! Estoy en trabajos finales y mi cerebro va a explotar.— contestó arrugando el entrecejo.

— ¿Tan fea es la Universidad?—Reí con ironía.— ¿Y que crees pendejo, que es un lugar donde todo es fácil y hermoso, donde llegas a dejar un trabajo de dos páginas? No pendejo, es realmente genial estar entre amigos y el desmadre pero ahí te exprimen el cerebro , solo espera a entrar, todo será hermoso al principio, luego ya no quieres seguir.

Quizás Stefan estába exagerando o quizás no, pero deseaba mucho poder salir de la secundaria y no volver a ver a los pendejos de mi salón, en la Universidad sería otro rollo, es como empezar una nueva vida, dulce y maravillosa vida, creo.

¿Qué somos? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora