Capitulo 12

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Había quedado sin respiración. Camine hacia donde estaba Patch y mire fijamente al Entrenador McConaughy. Habían pasado más de tres años y el seguía como la última vez que lo había visto.

―Oh, deja eso ya ―dijo el entrenador.

Patch soltó una risita.

―¿Qué quieres? ―espetó.

—Sabemos que aún estas con Nora Grey —dijo el entrenador sin rodeos.

La mandíbula de Patch se tensó.

—También sé que Pepper ha hablado contigo y con ella —prosiguió.

—¿Qué quieres? —dijo Patch nuevamente, pero esta vez con más firmeza.

—He venido a buscarte —soltó el entrenador.

Patch camino hacia la puerta con los puños cerrados y la mandíbula tensa.

—Los arcángeles quieren reunirse contigo... ahora —dijo el entrenador deteniéndolo a medio camino—. Ella sabrá cómo llegar a casa.

El entrenador levanto la comisura de su labio y camino hacia un auto negro que estaba aparcado unos metros más allá.

—Dile que no los quiero ver —dijo Patch.

El entrenador se detuvo y miro sobre su hombro.

—Lo siento, Jev —espetó mientras seguía su rumbo hacia el vehículo.

Sentí como una brisa recorría mi espina dorsal haciendo que todos los bellos de mi cuerpo se erizarán.

Un grupo de cuatro hombres de la misma estatura que Patch, salieron de la nada. Nunca los había visto antes pero podía deducir que no eran humanos.

Dos de ellos llevaban un bate de béisbol sobre los hombros. El cuerpo de Patch se tensó bajo su ropa y solté un gemido.

Uno de ellos se abalanzó sobre él y Patch perdió el equilibrio. No tuvo tiempo de reaccionar aquel ataque.

―Joel ―dijo uno― Stefan dijo que podía sentir.

Uno de los chicos que sostenía un bate, sonrió ampliamente, al parecer era Joel. Hizo un gesto con la cabeza indicándole a su compañero que era hora.

Joel soltó violentamente el bate sobre el cuerpo de Patch.

No podía soportar ver aquella imagen. Mis lágrimas brotaban por mis ojos y corrían por mis mejillas al oír los gritos desgarradores de Patch.

Una, dos y hasta tres veces el bate cayó sobre su cuerpo. Y yo estaba ahí, a solo dos metros sin poder hacer nada. Entonces fue cuando desee que el tiempo retrocediera solo unos minutos y haberlo acompañado.

Patch yacía en el suelo, inconsciente.

Joel les dio la orden a sus tres amigos que llevaran el cuerpo de Patch al auto en donde estaba el entrenador.

Con mis ojos empapados de lágrimas, corrí y me subí al coche. Quería saber a dónde llevarían a Patch.

Después que pusieran el cuerpo de Patch dentro del maletero, los tres hombres, incluido Joel, se montaron en el coche. El entrenador McConaughy estaba sentado a mi lado. Podía sentir su energía emanando de cada centímetro de su cuerpo.

«Arcángel», pensé.

Su energía era tan potente como la de Patch y Basso. De seguro era uno de los siete.

Joel encendió el motor del auto y acelero. Doblo en la esquina y salimos al estacionamiento de la cafetería. El entrenador miro por la ventana y levanto las comisuras de sus labios. Ahí estaba yo, junto a Elliot a unos pocos metros de distancia.

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⏰ Última actualización: Aug 03, 2018 ⏰

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