Diu.

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NARRA KATELYN:

¿Me dijo que no?, desde cuando medicen que no. ¿Ah?. 

Pff Katelyn, vamos ¿haras de tu mente un laberinto porque te dijo que no?. Eres absurda, dijo mi mente que ya me tenia un poco cansada. 

Era la hora del almuerzo.

-A la 1:00 se come.- le dije a Caroline sin ganas.

-Mejor para mi.- dijo la muy gorda.

-Diu.- dije en voz baja, casi que ni se escucho.

-Diu.- dijo ella con la misma voz que la mía, seguramente me escucho. Eres una tarada, me dije por dentro.

Baje por el ascensor sin esperarla, que mas da. Baje y allí estaba toda esa comida, casi siempre me las ingenio con las gordas para que se coman mi comida. Todo seria mucho mas fácil así, yo no como y a ellas les doy el gusto. Claro, esta mal, pero que mas da. Vi como salia del ascensor la gorda y como tomaba esa comida con un cartelito que decía "Caroline", ¿recien llegaba y ya tenia su comida lista?, absurdo, pensé. Se la notaba perdida, como yo el primer día que vine aquí, me dio un poco de lastima. No lo se, fue raro. Me sentí una buena persona una vez en mi vida cuando le dije:

-Caroline, ¡ven!.- yo dije eso, ¡auch!. ¿Qué me pasa?, me volví a preguntar, ella se sentó en la silla que estaba en frente de mi (en la misma mesa). No hablaba ni una palabra, de seguro se sentía mal, como una gorda que es, digamos la verdad. Ella es gorda y lo sabe mejor que nadie.

En su plato había una ensalada de tomate, repollo, huevos, zanahoria y champiñones con una milanesa, una manzana y un durazno. ¿Cómo podía comer tanto?. Que asco. Y a diferencia de su plato en el mio estaba la misma ensalada con una manzana verde. Si aquí se va de a poco y si me quedo con hambre (o sea: las anoréxicas) puedo ir a pedir mas comida, cosa que ninguna anoréxica de aquí podía. Y si Caroline se quedaba con hambre (o sea las gordas) podía ir a pedir, pero tenían que decidir si se la podían dar. Ella se termino toda su comida, mientras que yo no había podido comer ni un mordisco. Estoy gorda. Pensé.

-¿No te lo vas a comer?.- pregunto Caroline mirando mi comida.

-No, diu.- dije mirando con asco la comida.

Me di cuenta que la quería por su cara.

-¿La quieres?.- pregunto.

Hizo una excreción como que si la quería.

-Toma..- dije estirando el brazo para darle el plato. Pero no me di cuenta y habia una enfermera mirándonos. Vi como se acercaba.

-¿Compartiendo comidas?....- dijo. Nos había atrapado.

Ninguna de las dos dijo nada.

-Creo que si.- dijo.

-No es lo que cree.- dijo Caroline.

-¿Entonces que es?. - dijo la enfermera cuando por fin la pude mirar a Caroline a los ojos.

-Amm.., la comida de.. de Katelyn... tenia algo... un bicho creo.. pero ya se fue...- dijo. Fue la mentira mas absurda que escuche, no pude evitar largar una carcajada, no era el momento, pero salio.

-Un bicho...- dijo la mujer.

-Ajam..- dijimos las dos.

-Bien, si ya se fue el bicho. Quiero ver como Katelyn come.- dijo mientras mi sonrisa se esfumaba de mi cara.

Hice una cara de desagrado para Caroline. Me vio, no me importo. Gorda puta, ahora tengo que comer por culpa de ella, es absurdo.

-No quiero comer.- le dije a la enfermera.

-Y yo no quiero trabajar, pero hay cosas que tienes que hacerlas porque no sobrevivirías sin ellas amor, piensa si no trabajo no tengo dinero y no podría vivir dignamente y tu si no comes, no podrías vivir. Así que comes. Lo lamento.- dijo la mujer sabia.

Hice una cara de desagrado. Pero comí, después iba a vomitar a si que, que mas da.

Tarde exactamente una hora y cuarenta minutos en comer. Si tenia que comer, iba a comer lento. Caroline ya había ido a la habitación y cuando subí la encontré leyendo un libro, anda a saber de que.

-Gracias.- dije sarcásticamente.

-¿Por qué?.- dijo.

-Eres una idiota, tuve que comer por culpa tuya, eres una gorda estupida, gracias a ti tuve que comer un plato entero y el postre, ¡¡no lo ves!!, claro que no, ¡si tu te podrias comer siete platos mas!.- dije muy enojada.

No dijo nada.

-Lo lamento.- dijo.

-¿Lo lamentas?.- pregunte.- Yo lamento que seas una cerdita desgracia...- me calle, vi que de su rostro caía una lágrima.

-Bien, la lo entendí ¿vale?, entendí que soy una gorda, que no sirvo para nada, pero... ponte un rato en mi lugar, todos te ven de forma rara, hasta tu mismo te miras con desagrado, ponte dos minutos en mi lugar y veras, no es fácil mi vida, ¿no lo entiendes?, claro que no.- dijo y mufo riendo- como lo vas a entender.- termino.

No dije nada, realmente me dejo sin palabras.

Estaba a punto de hacer algo de lo que arrepentiría a si que no lo hice, estaba a punto de ir a abrazarla, me dio muchísima pena. Pero una frase vino rápido a mi cabeza.

-Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas.- repetía mi cabeza una y otra vez- Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas. Las únicas bonitas son las flacas.

Lagrima† Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora