8. Rayan

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-Ya pueden retirarse.- dijo el señor Zaidi una vez que la clase finalizó.

Cuando el aula magna quedó vacía se dio cuenta que no era el único presente allí. Sucrette, su alumna, aún permanecía sentada sobre su lugar, seguramente sin haberse dado cuenta que todos se habían ido.
Rayan se acercó hasta estar a su lado y le quitó los auriculares, llamando su atención.

-¿Estás bien?- preguntó con una media sonrisa, ella se la devolvió a duras penas.- Hace rato la clase terminó.

Sucrette miró hacia todas las direcciones comprobando que, efectivamente, sólo estaba ella y su profesor.

-¡Oh no!- fue lo único que dijo guardando las pocas cosas que había sacado a toda velocidad.- Rosa va a matarme...- esto último lo dijo en un susurro.

-Oye sea quien sea Rosa, seguro podrá esperar.- Sucrette miró a el señor Zaidi en un intento desesperado de marcharse.- Sabe que estas clases son importantes, los examanes vendrán pronto y no sólo en mi materia. Me gustaría que estuviera más concentrada, me llama la atención que no lo estés.

-Lo sé, creame que a mi también me gustaría estar más concentrada. Pero se me pasará.- afirmó riendo nerviosamente.

-No quiero entrometerme pero conmigo tus mentiras no funcionan.- Rayan se levantó agarrando sus cosas.- Y si usted cree que se le va a pasar está bien, pero recuerda que no tiene nada malo admitir estar triste.

Ella se quedó allí mirándolo, pensando que tal vez, hablar con alguien sobre lo que le ocurría le vendría bien pero en vez de eso dejó que Zaidi se fuera.

[...]

¿Realmente podía ser tan idiota?

Se le había hecho tarde para verse con Rosa y Alex en el centro comercial. Aunque no era novedad, al parecer, a la peliblanca no le hizo una pizca de gracia ya que comenzó a recordarle lo distraída y torpe que era. No sabía si realmente fue con mala intención o no pero el oír sus palabras le dolió, Alex en ese momento se dio cuenta de ello por lo que calmó a Rosa, esta última le ofreció una disculpa pero Sucrette la ignoró ya que decidió irse.

Pero eso no era todo, Yeleen, quien al enterarse de que era muy buena amiga de Castiel y que este mismo le había invitado a comer el otro día, no ha parado de acosarla y molestarla diciendole cosas que, la mayoría de ellas estaban muy fuera de lugar. ¿Qué había hecho para merecer esto?

Y ni hablar del trabajo...

Fue en ese momento en que Sucrette se derrumbó en medio de la univerdad, estaba de noche y no había medido por donde iba y terminó allí en el baño seguidamente de llorar en mitad de la nada.
Lloró todo lo que una persona podía llorar, intentando lograr que aquella sensación de malestar despareciera pero nada ocurría. Se sentía sola, sin nadie, ¿quién iba a comprenderla? Sólo era una idiota que lloraba por lo más mínimo.

Últimamente creía que era así, una idiota llorona.

Cuando se puso de pie y creyó que lo peor podría haber pasado, el sonido de una puerta abriendose la alarmó.

-¿Señorita Sucrette?- no era nada más ni nada menos que Rayan.

-S-señor Zaidi, que sopresa.- dijo dándole la espalda intentando borrar las lágrimas.

-Pues que sopresa verle aquí en medio de la noche diria yo.- de repente su voz se había cambiado a un tono más suave.- Oye, ¿se encuentra bien?

-S-sí, sólo un poco estresada.- cuando se giró, no esperó verlo tan de cerca.

No sabía qué era lo que en ese momento le hizo creer lo muy hermoso que se veía. Tal vez, porque su expresión de preocupación le causó ternura, o sus ojos, o quien sabe.

-¿Sólo un poco?- suspiró.- Sucrette, confieso que no me agrada verte así y no quiero que pienses que...--

-¡No! Lo entiendo, pero no debería preocuparse por mí, señor.- se apresuró a decir.- Es sólo que a veces me hago la cabeza por tonterias que realmente no tienen importancia y me da rabia porque y-yo no soy... así y...- por más que intentó no quebrarse frente a su profesor se le hizo imposible.

-¿Qué tal si por hoy soy sólo tu amigo?- Rayan, en un gesto de tranquilizarla, le tómo la mano, cosa que soprendió a Sucrette.- Si lo que quieres es desquitarte conmigo, hazlo, nunca viene mal un hombro para llorar.

La chica, aún un poco sorprendida, aceptó y como pudo le contó todo lo que sentía, obviamente, derramando alguna que otra lágrima. Aún así, Rayan fue realmente compresivo.

-Entiendo que te sientas así, pero deberías hacer algo aunque te cause temor. Tu amiga debe saber que todo tiene un límite y que lo está traspasando.

-Lo sé, creame...-- él la interrumpió dando a entender que no hacia falta que lo tuitee.- Creeme que intento decir que pare con sus acciones pero, no lo sé, simplemente no puedo.

-¿Y con tu jefa?

-Prefiero ni siquiera intentarlo. Después de todo, es mi jefa, no puedo hacer nada.- Rayan asintió.

-Eso es abuso de poder.- afirmó.- Quizá pueda ayudarte.

-¡No! Ya haz hecho bastante, Rayan... ¡digo! Señor Zaidi.- se corrigió.

-No me molesta que me llames Rayan, es mi nombre después de todo.- ambos rieron.- Sigue confiando en ti misma, Su. Que ahora te sientas así no hará que no puedas levantarte luego.- ella asintió con una sonrisa en su cara.

Se quedaron allí mirándose las caras bajo la poca luz de luna, transmitiendose una especie de cariño, no de profesor-alumna, sino como algo más.
De repente, Rayan -sin medir sus actos- miró los labios de la muchacha y comenzó a acercarse lentamente hacia su rostro. Por su parte Sucrette no hacia más que mirarlo hipnotizada cerrando los ojos y dejandose llevar por el deseo.

¿Acaso se iban a besar?

-¡Ring!

El sonido de un télefono sonar hizo que los dos se separaran realmente avergonzados por lo que casi iba a ocurrir. La joven, con las manos temblando a más no poder, revisó sus mensajes, era de Rosa quien quería verla para hablar y pedir disculpas.

-Ve, y recuerda lo que dije.- dijo el ojiverde sin mirarla.

-S-sí.

Ella lo miró unos segundos para luego besarle suavemente la mejilla haciendo sus labios piquen a causa de la barba, esta acción tomó desprevenido a su profesor, hasta juró ver un poco de color rojo en sus mejillas.

-Gracias por todo, Rayan.- se despedió.

Realmente aquella noche, para su sorpresa, Rayan fue un gran consuelo. La había ayudado a sentirse mejor y realmente valoraba eso.
¿Pero y aquel beso? ¿Se repetiría?

Tal vez.

Hi! Ahre
He aquí otro OS de Rayan porque much@s lo han pedido y eso me encanta😏
Por cierto, si me dan más ideas para os con el profe se los agradecería (o pedidos) por ejemplo alguna situación, o no sé. Ya que me di cuenta que no se me ocurre muchas cosas.
Espero que les guste.

One-Shots | 𝗖𝗗𝗠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora