Las aventuras de la Academia Crowley

¡Hola!

Tu cuarto finalmente está listo. Una última pasada de aceite de teca a tu escritorio y me bajaré de la silla. Elisea y yo amamos hacer esto. Ella tiene un gusto por los cuadros, así que te ha hecho uno de un árbol en otoño. Yo te dejé un par de discos.

Todavía no te conozco, pero sé que lo haré: Pronto comienzan las clases en la Academia de artes ocultas Aleister Crowley, mi escuela, y próximamente la tuya. Cada dos años viene gente nueva. Hace dos años llegamos nosotros, y esta vez es tu turno.

Lo más probable es que al llegar al pasillo de esmeralda no me reconozcas de primera mano. Seguramente captará tu atención Ileana, con su llamativo cabello azul, o Elisea con sus vestidos de verano. Verás a Valquiria con su cara de comadreja, a Milo fumando en el balcón, a Declan con sus ojeras profundas...o puede que te pase como a mí, que lo primero que me llamó la atención fue el profesor Jean. O quizás el profesor Antoine, que le roba el corazón a muchos. Si tienes muchísima suerte, conocerás a "las hadas madrinas": tres chicas bellas y encantadoras, populares e inteligentes, que suelen apadrinar a algunos novatos en su llegada, pero no me notarás a mí.

Yo estaré sentada en algún banquito, hablando con Lisander o con Leo. Llegarás tú, portando la capa gris que cargan los nuevos el primer día. La violinista estará tocando mientras chica ruidosa de nuestro salón prenderá unos inciensos con el fuego de Leandro y se ajusta unos girasoles en la cabeza. Te quedarás pasmado ante las coloridas espirales de humo que se forman por los hechizos de Milena, por las prendas florales de las mujeres, la belleza de los rostros de los profesores, los perfumes de sándalo e incienso y la música presente en la risa y en los instrumentos de los aedos.

Estoy emocionada por ti. Estás entrando en un lugar lleno de misterios y maravillas por descubrir y analizar, con gente dispuesta a ayudarte y alejada del drama y las malas vibras (¡son malas para lo que tenemos que aprender!) y mucho aprendizaje por delante. Créeme, para el corto tiempo que tengo, siento que he crecido mucho en mis artes, y he visto tanta belleza que siento que no puedo ver el mundo con los mismos ojos. Espero que puedas terminar tu camino, como muchos otros, sin que Angelicus Triasta te saque de él, y encuentres el amor: en tus amigos, en alguien que te guste, en tus maestros, en tus padrinos, en las mascotas y hasta en las flores que se inclinan y se mueven con la lira mágica de Leandro o con el canto de Milena.

Para ti he escrito estas anécdotas, algunas cosas que me pasaron entre mis primeros niveles y ahora, gente que conocí, problemas que tuve y cosas que aprendí. Te dejo mis amigos, mis vivencias, mis errores y aciertos en estas páginas, para que puedas ver de primera mano las cosas que debes evitar y algunas situaciones que se te pueden presentar, y cómo salir ileso o al menos bien librado de ellas. También puede que te rías con algunas de mis patosas situaciones, o te sientas triste. La memoria es un arte temporal, y esa es mi especialidad, así que espero que estos relatos cumplan con su objetivo.

Me gustaría poder decirte algo más, pero en este lugar las preguntas y las respuestas no tienen relación: yo te muestro lo que me pasó a mí, pero solo tú puedes establecer relaciones y saber lo que realmente necesitas. Espero que te sea de utilidad, o al menos sea algo que quieras leer por diversión antes de dormir.

Que tengas una maravillosa bienvenida a la Academia.

Natasha.