Capítulo 2

1.9K 157 90
                                    

    Estaba empezando la penúltima semana de clases.

    Lapis Lazuli se levantó con energía y con muchas ganas de empezar un nuevo día, algo bastante extraño, pero no se negaría a disfrutar aquello.

    Tomó una ducha algo rápida, le gustaban los baños largos pero procuraba cuidar más el agua, además no tenía tanto tiempo para eso. Cuando salió se vistió con unas medias negras y un vestido de un color azul pálido, unos tacones y un suéter color amarillo, un tono bajo. Después de vestirse se maquilló un poco y se puso perfume, al terminar se observó al espejo mientras acomodaba su cabello.

    Le gustaba cómo se veía, aunque fuera bastante diferente a su estilo de unos años atrás. Solía usar ropa más moderna y liberal, pero vamos, ya no era una niña para andar usando eso.

    O al menos eso decía, una de sus hermanas siempre trataba de convencerla de que podía vestir como quisiera.

    Dejando ese dilema atrás se dispuso a bajar para desayunar algo rápido, un plato de cereal; en su descanso podría comer algo mejor en el centro. Después de acomodar sus cosas en su bolsa salió de casa y subió a su camioneta.

    Cuando iba viendo por la calle en el trayecto se alegró por saber que el problema del camión de la basura había quedado resuelto.

    «No más problemas»

    Una vida tranquila, justo como la que quería.

    Condujo hasta acercarse a un área más urbana, hacia el centro; estacionó su camioneta junto al plantel en donde trabajaba. Bajó y tomó sus cosas para entrar, saludó al guardia que se encontraba en la puerta y caminó hasta el salón en donde le tocaba dar clase.

    Justo a tiempo.

    Cuando llegó al aula la maestra anterior se encontraba saliendo.

    —Lapis, buenos días —sonrió.

    —Igual para ti, Rainbow —le sonrió fugazmente y entró.

    Vio a sus alumnos, la mayoría platicando tranquilamente, algunos en seriedad. De verdad que era una escuela extraña, los estudiantes solían ser muy tranquilos y amables, no tenía muchos problemas con ellos.

    Había comenzado a pensar que la vida la estaba recompensando por haber pasado por tantas cosas tan... malas.

    —Buenos días, niños.

    —Ya no somos niños, maestra —se quejó el alumno frente al escritorio.

    —¡Es cierto!

    —Para mí ustedes todavía son niños, además sería raro decirles pubertos —rió.

    —Sí, suena feo —adimitió una.

    —¡Buenos días maestra Lapis! —gritó un rubio despeinado.

    Todos habían empezado a reír, evidentemente le habían despertado y estaba confundido.

    —Buenos días, Carlos —dejó su bolsa sobre el escritorio—. Si tienes mucho sueño deberías ir a lavarte la cara, no tengo ningún problema.

    El niño asintió y se levantó tambaleándose de su asiento y salió del aula, Lapis se sentó y sacó su registro de la bolsa para tomar lista. Cuando acabó aquel alumno regresó y por fin pudo empezar las clases.

    Les había encargado investigar sobre diversos ecosistemas y se dedicarían a compartir información de ellos para hacer organizadores gráficos. Y así pasó la hora clase, había logrado que el tiempo rindiera como lo esperaba.

Volver a querer | LapidotWhere stories live. Discover now