Madera

16 2 0
                                    

Hoy mis ojos están marrones, el color de ojos más común en el mundo y a la vez el más raro en mi.
Hoy mis ojos están del mismo color casi exacto al de la madera vieja y oscura.
Marrón de preocupación, marrón de miedo y de pánico.

- Venga ya, Eleonor. Estás asustando a la chica. Solo déjala.
- Pero.. ¿no viste? Sus ojos cambiaron de color, jamás había visto ni escuchado algo así, Gabriel.
- Ya. Ni yo... - ambos clavaron sus miradas en mi.

En mi mente me imaginé todo tipo de escenarios que podría desarrollar a partir de aquel momento y las opciones se resumían a 4:
1º huir corriendo y no mirar atrás - eso haría que se interesaran más por lo que vieron y quién sabe qué podría pasar si algún día me vuelven a ver... además, ya me vieron más que el tiempo suficiente para ser capaz de hacer un retrato-robot con mi cara y esparcirlo por toda la ciudad con grandes letras anunciando "SE BUSCA".
2º contarles todo - arriesgarme a que me entiendan y no lo cuenten a nadie, o a que se lo cuenten a todos (con todo lo malo que eso conlleva, todo aquello que llevo 19 años evitando, estropeando también todos los esfuerzos de mis padres para ocultarme).
3º pedir que me dejen ir y prometer volver el día siguiente para explicárselo todo - aunque lo descubrirían de todas formas, al menos tendría tiempo para pensar mis palabras y prepararme para todo lo que podría pasar, claro.. si me dejan ir, lo que no veo muy factible en este momento.
4º llorar (lo que tengo muchas ganas de hacer) y esperar que me dejen ir sin tener que decir nada - arriesgándome a lo mismo que en la primera opción...

Después de muchas escenas imaginar y mucho pensar en aquellas pequeñas fracciones de segundo, me decidí por intentar la tercera opción, sabiendo que probablemente terminaria por hacer lo de la segunda.

- Yo.. prometo que puedo explicarlo y lo haré pero ahora no.. por favor.. déjenme ir.. - mis ojos estaban cubiertos de una gruesa capa de agua que a cada segundo amenazaba más con explotar y huir de mis ojos hasta mis mejillas.
- Pero.. no te entiendo chica. ¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras? - no lloraba, aunque casi - No es para tanto. Vete si quieres. - dijo la antes llamada Eleanor retrocediendo dos pasos y asustada por mi reacción.
- No, bueno, os lo explicaré.. pero es una larga historia y tardaré mucho en contarla.. así que mejor vuelvo maña-.
- Yo tengo tiempo, no tengo nada mejor que hacer - dijo el chico sonriendo más amablemente de lo que era de esperarse.
- Yo también tengo tiempo, mis padres cancelaron la cena, - dijo la chica a nadie en especial - como cada cena familiar que organizamos.
- Bueno...

Respiré hondo y me preparé para contar mi más ensayado discurso. Aunque sabía que nadie jamás podría saber mi secreto, lo cierto es que soy una idealista que se lleva mucho por la famosa regla "soñar es grátis" y, por ello, ensayé mi explicación más veces de las que me gustaría admitir. Así que tragué en seco, limpié con la manga de mi hoodie las lágrimas y dije como si estuviera acostumbrada a explicarlo:
- Sufro de un fenómeno, o enfermedad (como prefieran), al que me gusta llamar "ojos camaleonitas"-.
- Oooh, amo los camaleones. - dijo Eleonor interrumpiéndome - Ay, te interrumpí, lo siento.. Sigue, sigue.
- Es un fenómeno muy raro y, que yo sepa, soy el único caso existente. Se trata de una enfermedad donde los niveles de melanina presente en los ojos, concretamente en el íris, están en permanente cambio. Lo que significa que mis ojos cambian de color constantemente.
- Wowwwww, que geniaaaaal. E-e-eso es como tener un súper poder, ¿no? - dijo la que momentos atrás se había reído del pequeño tartamudeo del pobre joven.
- Mmmm, más o menos. Un súper poder que solo puede ser usado en mi contra, jaja.
- ¿Por qué? ¿Cómo lo usan en tu contra? - dijo curiosa acercándose más.
- Es que... mmmm... Verán, - dije mirándoles a los ojos a ambos, como si estuviera acostumbrada a hacerlo, a interactuar con desconocidos, a mirarles a los ojos para transmitir seguridad - mis niveles de melanina en el íris dependen completamente de mis emociones. Si estoy tranquila mis ojos están de un color, triste otro, asustada otro, etc. Así que, como deben imaginar, jamás puedo ocultar mis sentimientos a nadie. Y créanme, no es nada bonito para mi.
- Ala, que genial. Tus amigos tienen mucha suerte entonces, jajajaja.
- Emmmm... claaaaaro. - obviamente soné rara, ¿pero a quién quiero mentir? Jamás tuve amigos, ni siquiera sé muy bien lo que eso es. Un pájaro cuenta como un amigo, ¿verdad? Es decir ¿cómo funciona eso de la amistad? ¿Cuándo deja alguien de ser un "desconocido" y empieza a ser un "amigo"?
- ¿Y cómo es que nunca había escuchado nada de eso? Con las tecnologías y todo eso.. debes ser famosa.
- Oh. Nonono. Escuchen.. esto es un secreto. De verdad: nadie puede saber esto. ¿Okay?
- ¿Qué? ¿¿Por qué?? - Eleanor es, sin duda, muy impulsiva, pero me cae muy bien. Espero que quiera ser mi amiga, ¿es necesario pedirle ser mi amiga? ¿O es algo que se sobreentiende? ¿Y cuando debo pedírselo? ¿Lo podría hacer ya, o tendría que esperar unos días? ¿Cuantos?
- Si alguien se entera... me llevarían y me estudiarían como una rata de laboratório, harían todo tipo de exámenes y yo.. sólo quiero ser normal, ¿entienden..?
- Claro... - dijo el joven, después de mucho tiempo callado.
- Aparte de mi familia, sóis los únicos que lo saben.
- Y tú novio, claro. ¿No? - dijo Eleonor mirándome curiosa otra vez y evitando sonreír.
- Emmm.. claramente no tengo. Así como no tengo amigos, jajajaja. Mi vida es un poco rara de explicar.
- Ah, que interesante. - la chica movió los brazos de forma rara, sonrió con todos sus dientes y miró al chico que la observaba algo asustado.
- Pero por favor, por favor, os suplico: no digan nada. Mi vida depende de eso... - senti como mis ojos volvían a oscurecer con tan solo imaginar la posibilidad de que mi secreto se hiciera público.
- Yo no diré nada a nadie. Lo prometo. - el chico llevó su mano al corazón  y sonrió.
- Yo también lo prometo. Por cierto, lo siento por ser tan.. asustadora. Te prometo que mi intención no era asustarte, yo.. bueno.. suelo asustar a mucha gente pero de verdad que no era mi intención. Al igual que tú tienes eso raro en ti, yo pues soy rara, pero a mi nadie me quiere estudiar, sou un caso sin remedio, jajaja.
- Si. Eso es verdad. Por eso no tiene amigos, jajaja.
- ¡Hey! - dijo reclamándole y levantando la mano como si le fuera a pegar - Yo tengo amigos, tú eres uno de ellos.
- Exacto, jajajaja.
- Estás diciendo que no cuentas como amigo... te estás criticando a ti mismo, ¿te das cuenta?
- Mmmmm... ya lo pensé mejor. Retiro lo dicho. Jeje.

Sonreí al escucharlos y sentí como mis ojos cambiaban de color.
¿Así es como se siente el tener amigos?

Bạn đã đọc hết các phần đã được đăng tải.

⏰ Cập nhật Lần cuối: Feb 03, 2021 ⏰

Thêm truyện này vào Thư viện của bạn để nhận thông báo chương mới!

Efecto CamaleónNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ