Tocando el Cielo

17.4K 613 236
                                    


Hermione tomó fuerzas para explicar a Draco lo ocurrido. Llenó sus pulmones de oxígeno y se dirigió a la ventana: Lo que sea que me tengas que decir, dilo amor. Yo debo saberlo. Eso acababa de decir él y sabía que estaba expectante a la espera de su respuesta y como fuera, ella debía contarle todo.

—Cuando me di cuenta de que ya no ibas a aparecer en el departamento de Andrómeda —dijo dándole la espalda mientras miraba hacia la calle. Draco estaba de pie detrás de ella. No la iba a presionar, que se tomara todo el tiempo para contar lo ocurrido aquella noche—... opté por regresar a casa de mis padres. Luego le escribí a McGonagall diciendo que no volvería al colegio y comencé a pensar en qué iba a hacer con mi vida. En todo ese tiempo Harry estuvo conmigo, ya que luego de la supuesta boda, mucha gente no quiso saber nada de mí... y él fue mi gran compañía... —Draco asintió. Eso era lo que él suponía, que Harry no la dejaría sola—. Aquel día, el del matrimonio, Ronald envió una carta hablada... de esas que parecen vociferadores, pero no lo son... para que fuera escuchada por todos los invitados, esperando que yo estuviera allí presente. En esa carta decía que él no se iba a casar conmigo porque yo tenía de «amante» a un mortífago. Iba a decir tu nombre pero Arthur Weasley lanzó un hechizo y terminó con la carta, diciendo que eso no le concernía a nadie. Bueno... supongo que quedó dolido porque su trampa no resultó ya que yo tampoco había llegado al matrimonio. Y, tal como dijo El Profeta, los dos nos plantamos...

Draco sonrió con tristeza, sabía que si él hubiese estado más pendiente, nada de eso habría ocurría. Cuánto se lamentaba de haber creído los embustes de Astoria y de no haber comprobado la información que ella le había mostrado.

—Por lo menos no te casaste...

—No, me bajé del vehículo unos cuántos kilómetros antes así que no vi, ni me enteré de nada hasta unos días después en que...

—Hermione, yo creía...

—Sí.. Yo entiendo lo que Astoria pudo haber hecho pero yo te envié varias lechuzas diciéndote lo que había ocurrido, te explicaba todo y te pedía que regresaras a mi lado —se giró para ver a Draco.

—Yo no recibí ninguna carta —no tenía que ir muy lejos para preguntar qué había sucedido—. Creo que Astoria debe aún pagar muchas cuentas pendientes... pero continúa, ¿qué pasó después?

—Una noche que estaba sola en casa, escuché un ruido en el pasillo. Abrí la puerta de mi cuarto y me encontré cara a cara con Ronald, estaba ebrio, me insultó, me arrastró al pasillo y me empujó contra la baranda.

Draco sentía que la rabia se le subía al rostro y que su pálida piel se estaba tornando de un color rojo, sus manos comenzaban a empuñarse, sabía que eso era el comienzo de un ataque de ira. Debía controlarse.

—Caí de rodillas y él me volvió a golpear, intenté huir pero Ron me puso de pie, jalándole el cabello.

—¡Lo voy matar!

—Draco, por favor... Es necesario que te cuente todo —él se acercó y le tomó las manos para transmitirle un poco de fuerza para que prosiguiera con el relato—. Luego me empujó y choqué contra la pared, esta vez estaba cerca de la escalera, en ese momento me di cuenta de que Ron me quería... —un nudo se le había formado en la garganta y sus ojos se habían llenado de lágrimas. Draco también sentía lo mismo.

—Ya pasó. Ahora estamos juntos. Si te duele tanto, no sigas.

—Debes saberlo todo. Es necesario —él asintió ya que era importante saber los detalles de esa noche, si quería hacer justicia—. Ron estaba fuera de sí, tanto que llegó a bajarse los pantalones... quería... él quería...

Siempre serás MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora