" Si un ser angelical cayera del cielo y tratara de vivir en un mundo como el nuestro. Si incluso cometiera algún error. Me pregunto, ¿De qué color estaría teñida su pureza?".
Bienvenido al circo de tus sueños, de tus profundas pesadillas y oscuras...
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"Ojalá el amor fuera perfecto como el amor en sí; Ojalá todas mis debilidades puedan estar ocultas. Creci como una flor que no puede florecer en un sueño Y que no puede hacerse realidad"
Estruendosos y acompasados pasos hacían eco en la cabeza de cualquiera que estuviese cerca de la figura femenina que recorría el largo pasillo de madera oscura que conducía al gran telón rojo; una chica que desprendía un olor a rosas por cada uno de sus poros. No llevaba prisa y el peso sobre sus hombros tampoco le permitían ir mas rápido.
-¡Faltan diez minutos!- grito Nicolás asomando su cabeza por una puertesuela.
Dejó a Jack en uno de los camerinos, recostado en un incomodo sillón de esponjas gastadas y cubiertas con una tela color café. El frió del cobertor provocó que el pequeño abriera los ojos, aferrandose al cuello de Sam sin apartar la espalda del respaldo.
-No te vayas- le dijo en un susurro entre cerrando los ojos.
Ella apartó las manos del castaño aprovechando las pocas fuerzas que ejercía sobre su cuello. Se apartó y le regalo una media sonrisa que el no pudo ver, pues el cansancio en sus ojos lo obligaban a cerrarlos y antes que pudiera decir algo atravesó el marco de la puerta que no cerró con llave, no creía que pudiera salir sin perderse por el corredor o al menos alcanzar la perilla. Se dirigió a un paso mas apresurado hacia la entrada donde cientos de personas la esperaban ansiosas, restaban cinco minutos y tenia que llegar a tiempo. Aquella noche no podía descifrar quién seria su adversario, solo sabia que era un subordinado de un invitado especial que había recibido una invitación color carmesí, lo que significaba que era demasiado importante y había llevado un maravilloso juguete para el espectáculo. Ella no podía imaginar siquiera su aspecto, tenia un bloqueo mental, como si quisieran que no lo conociera antes de toparselo cara a cara; por mas que tratase de intoducirce a la cabeza del alabado invitado, simplemente no podía establecer una conexión que le mostrara lo que estaba buscando. Se recargó sobre la parte paralela al telón, una pieza completamente oscura, las tres paredes pintadas de un negro profundo simulando un cielo nocturno sin estrellas, la luz traspasaba el telón, iluminando la habitación en un tono rojizo sofocante, y penetrante.
Samantha apretó los ojos, dio un largo y sonoro suspiro, podía escuchar los aplausos en su entorno , percibir cada risa y simular que se divertiría también. Esperó unos minutos, Timothy se encontraba a un costado mirándola, ambos cruzaron miradas y Timothy tomó de la mano a Samantha, entrelazo sus dedos con los suyos y apretó con fuerza.
-¡Con ustedes, damas y caballeros, nuestro precioso Scraper!. ¡Denle la bienvenida a Sam!- los escandalosos aplausos se podían escuchar a kilómetros.
