CAPÍTULO 2

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"MANSIÓN DE PORCELANA"

"¿Monstruo? Me sorprende que alguien que se divierte con la muerte de su propia especie, sea capaz de llamarme monstruo"

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"¿Monstruo? Me sorprende que alguien que se divierte con la muerte de su propia especie, sea capaz de llamarme monstruo".

Timothy acababa de despertarse, con una terrible jaqueca y en un cuarto de tenue luz; llevó sus manos hasta su rizado cabello rojo, se sintió desubicado y con un mareo terrible. Respiraba exaltado hasta que divisó a una joven sentada en la orilla de la otra cama de la habitación, largos cabellos rosados caían sobre sus hombros, sus ojos llenos de cansancio se toparon con los suyos, un suspiro de alivio salió de su boca, y corrió directo a sus brazos.

-No tenías que hacerlo- dijo entre sollozos, con lágrimas escurriendo por sus pecosas mejillas y apretando con fuerza el pecho de Sam.

-Ibas a sufrir mucho si no lo hacía- Mintió, de todas formas, le aguardaba un largo sufrimiento a su lado.

-Yo solo quería estar contigo, no quería nada a cambio- le dijo con una voz quebrada y restregando su cara contra la bata de la joven.

Samantha escuchó un ruido tras la puerta, se apartó de Tim y lo llevo hasta su cama, lo tapó con las cobijas y le susurro:

-Finge estar dormido, no importa que escuches, no muevas ni un musculo ¿entendiste? - . El chico asintió y se secó las lágrimas, se dió la vuelta y cerró los ojos con fuerza.

Madame tocó la puerta y entró, Sam esperaba de pie justo en frente de la entrada, hizo una pequeña reverencia y miro los ojos de su ama.

-Nadie tiene que sospechar que eres un Dreamer, asegúrate de ser discreta, esos niños podrían hacerte pedazos- Sam se enderezó y soltó una gran carcajada.

-Preferiría que se cuidarán ellos, e incluso usted querida ama, sus vidas corren peligro con tan solo aspirar la fragancia que emana de mi piel- le contestó aun con una sonrisa sarcástica en los labios. 

-En fin, vine a entregarte un par de ropa para ese niño tuyo y para ti, durante la noche antes de irte a acostar quiero que vayas a la biblioteca, te esperare con ansias- ordenó y salio cerrando la puerta tras ella.

-los esperamos en el comedor- informó Lauren desde el otro lado de la puerta.

Timothy estuvo de pie una vez se cerro la puerta, aferrándose nuevamente al cuerpo de Sam, quien solo le miro y le revolvió los cabellos, sonriendo tan tierno y mostrandole las prendas que les habían traído. 

-Esto es tuyo- le dijo al pálido y rojizo chico, entregando en sus manos un traje muy curioso. Pantalones azules, una camisa con un enorme moño negro y un chaleco azul marino. -Seguro se te ve muy lindo-.

-Madame tiene gustos muy... buenos- dijo el menor al ver el vestido rojo con bordes negros y blancos. -Ahora que lo pienso, Madame te caracterizó de forma muy parecida a la señorita Grace, sólo que más grande- examino a Sam de abajo hacia arriba, corroborando su comentario.

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