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Suspiré y bloqueé la pantalla de mi celular, caminé hacia ninguna dirección en particular mientras apretaba el aparato con más fuerza.

A veces siento que no me quiero.

Martirizarme todos los días, con la estúpida idea de que quizás algún día Zayn y yo pudiéramos estar bien, estar como yo siempre quise, por lo menos desde que lo conocí o con la esperanza de poder ver a Shawn otra vez, ser amigos nuevamente y hacer como si nada hubiera sucedido.

Empezar desde cero.

Pero, ciertamente, era imposible. Todo había cambiado y, saber que Zayn y Shawn aun tenían algo solo empeoraba la situación, por más de aquella extraña conversación sobre la "friendzone" que habíamos tenido minutos antes estaba casi seguro de que ellos dos eran más que amigos.

Tsk, que estúpido. Incluso el mismo Zayn lo había admitido en una ocasión.

Eventualmente llegué al campus, fuera de la residencia, y, llenando mis pulmones de aire puro, me recosté sobre el césped, ignorando la humedad de éste.

No supe cuánto tiempo estuve en aquella posición, observando el cielo estrellado y tratando de despejar mi mente; se sentía bien, era liberador alejarme por un rato de la mierda en la que se había convertido mi vida.

De un momento a otro mi móvil vibró, lo ignoré, dando por hecho que se trataba de la persona de los mensajes, sin embargo el pitido que acompañaba a la vibración no cesaba, así que, ofuscado, decidí revisar los mensajes.

-¿Dónde estás?

-Los chicos ya se fueron.

-Niall, contesta.

-Es tarde...

-Podrías pescar un resfriado.

Todos eran de Zayn.

No respondí, mas me puse de pie y limpié mi ropa para dirigirme hacia el dormitorio. Días atrás me había prometido superar mi pasado, no volvería a llorar por Shawn Mendes ni por Zayn Malik, me obligaría a mí mismo a ignorar todos aquellos pequeños detalles del moreno que me enamoraban un poco más de él día a día.

No más.

—Ya estoy aquí. —anuncié en voz baja una vez que estuve dentro de la habitación.

Zayn me miró y sonrió levemente, dejó la revista que ojeaba sobre su cama y sacó algo de uno de los cajones de su velador.

—Bebe esto.—habló cuando estuvo frente a mí, entregándome un café, al parecer, bastante caliente.

¿Lo había guardado ahí para que no se enfriara? Fue lindo y torpe, en cierto modo.

Lo observé durante unos segundos y luego arqueé una ceja, preguntándome si aquello también se lo había comprado a Nick pero me lo daba a mí porque él no se encontraba.

—Lo compré para ti. —explicó como si hubiera leído mis pensamientos.

Levanté las cejas y observé sus mejillas teñidas sutilmente de rosa.

Creí que moriría porque, en serio, que mi corazón se detuvo. Guardé esa imagen en mi memoria, procurando no olvidarme de ella jamás porque, demonios, aquello había sido lo más adorable que había visto en toda mi miserable vida.

—G-gracias.—quise golpearme por haber titubeado.

—No tienes que agradecerme. —dijo, relajado, reemplazando la timidez por el desenfado y lanzándose a su cama con descuido.

¿Por qué estaba tan feliz?

Una de las cosas que me sorprendió descubrir de Zayn al empezar a vivir juntos fue su infinito perfeccionismo, es realmente ordenado y mantiene su lado de la habitación bastante pulcro y limpio a comparación del mío y, de cierta forma, era gracioso, porque honestamente no tenía la imagen de alguien con esas cualidades.

Dejé mi móvil sobre el escritorio y me senté en mi cama, justo frente a él, miré la bebida que tenía entre manos y no pude evitar esbozar una pequeña sonrisa.

—Zayn...—murmuré y bebí un sorbo.

Él levantó solo su cabeza, dándome una vista realmente divertida.

—¿Sí?—su voz se escuchaba con mucha suavidad, sin dejar de ser masculina.

—Gracias. —repetí ridículamente.

Honestamente, mi verdadera intención era preguntarle sobre lo que había dicho Nick respecto a la friendzone y eso, pero me arrepentí al instante, saber más de lo que debía me haría daño.

Su vista estaba fija en mí, así que nervioso, encontré el café como lo más interesante que había visto en mi vida.

—¿Eso es lo único que ibas a decir?—preguntó, por inercia mordí mi labio inferior y asentí con la cabeza. —¿Seguro?—se incorporó, quedando en la misma posición que yo.

Quería huir.

Otra vez.

—Nini...—empezó él— tú...

Temía por lo que preguntaría.

Tú...—continuó— ¿Has hablado con...—meditó sus palabras por un segundos— bueno, con esa persona?

Lo estoy haciendo en estos precisos momentos.

Lo miré levantando la cabeza solo un poco, su expresión era neutral pero sus manos jugueteaban entre sí.

—¿Esa persona?—Obviamente sabía a qué se refería, pero quería alargar la conversación solo para encontrar alguna excusa lógica y cambiar de tema, o mejor aún, dejar de hablar con él.

—Ya sabes...—ladeó la cabeza— La persona que te gusta.

Me aclaré la garganta y pensé que sentirme tan incómodo era estúpido porque, bueno, básicamente él no tenía por qué preguntarme sobre eso, era mi vida privada, tenía todo el derecho del mundo de mantenerla como tal.

—No quiero ser grosero, Zayn—con valentía, mis ojos se posaron en los suyos— pero no me gusta hablar de mis asuntos personales —entreabrió los labios— y creo que tampoco es de tu incumbencia. —fingí una sonrisa y tomé mi celular, para dar por finalizada la conversación.

—Lo sé, lo siento—dijo él—soy un entrometido.—y sonrió, aunque su sonrisa, a diferencia de la mía, fue totalmente genuina.

Recuerdo que cuando estaba en secundaria me parecía genial la actitud fría y distante de Zayn, siempre lo observaba a lo lejos, mientras hablaba con sus amigos y fingía desinterés pero realmente se preocupaba por ellos, también me parecía tierno lo apático que era con el resto, era lindo, sí, pero fue una de las razones por las que nunca me atreví a hablarle de frente; sin embargo, ahora que convivía con el más tiempo del que me gustaría, pude notar que aquel Zayn, el Zayn de hielo, se había derretido un poco y ahora alegraba mis días regalándome pequeñas sonrisas que, hace dos años, me habrían provocado más de un desmayo.

Era un poco extraño estar con el Zayn Malik que casi no se enojaba, el Zayn Malik que se preocupaba por mi salud, el Zayn Malik que me había ayudado cuando tuve una pesadilla, el Zayn Malik que me había dado el chocolate que más me gustaba sin siquiera ser consciente de eso o el Zayn que agitaba mi corazón con sólo pronunciar un "Nini".

Y, con todo eso, era muy difícil para mí siquiera pensar en olvidarlo.


Pero lo haría, de eso estaba seguro.



-Yxxnmxnsgxrl-

Quedate~~~ZiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora