C46: Código arcoíris.

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Kendra fulmina a nuestra madre con la mirada antes de marcharse. Betty parece genuinamente divertida por enfadar un poco a su hija y le guiña un ojo a su nieto.

Esto ya se está haciendo costumbre.

El mismo día que Corbin nos reveló la verdad, tras que Zoe marchó, fui directo a la oficina de mi madre y cité a Kendra y a Mila para nos vieran allí. A todos los golpeó la noticia, y por primera vez le pedí algo a la mujer que me dio la vida: ayuda.

Ella y sus abogados se encagaron de todo a partir de ahí. No solo esto involucraba a Zoe y Mila, sino que también a Kassian y Kendra. Sabía que mi madre sentía algo por ellos. Nunca dejó de amar a sus hijos a pesar de cómo los trataba. Ser indiferente siempre fue un escudo que ocultaba su arrepentimiento por haber sido orgullosa y jamás haber pedido perdón. Sin embargo, desde aquel día donde aún Zoella estaba aquí y vio a mi sobrino a los ojos, bajó un poco su guardia.

Mientras la investigación de Aldrich avanzaba, en la cual Bill Shepard estaba profundamente involucrado y se encontraba codo a codo con mi progenitora, ella comenzó a ayudarnos un poco en lo que no tenía nada que ver con lo legal.

Comenzó a recoger dos veces por semana a Kassian del colegio, y tras eso venían aquí para que Kendra supervisara cómo lo estaba llevando su hijo. Uno de esos dos días me les unía. Se puede decir que tanto mi hermana como yo estamos haciendo un progreso con nuestra madre.

No es como si fuéramos una gran familia feliz de un día para el otro, en realidad creo que posiblemente nunca lo seremos, pero podemos intentarlo.

—¿Es verdad que el cascarrabias de Shepard será abuelo pronto? —Indaga la mujer, fijando esos determinados ojos en los míos—. Pobre criatura por nacer —se lamenta por el bebé.

—Mira quién lo dice, la abuela modelo —se queja Kendra llegando con una bandeja. Kassian mira con ojos deseosos un trozo de pastel y mi madre y yo esperamos por nuestros cafés—. Por cierto, ¿cómo va el asunto? ¿No mandaste a un sicario aún, verdad?

—Me gustaría, pero la muerte es la salida fácil para esa escoria —asegura—. Haré que pase lo que resta de su vida en una celda, mis abogados trabajan en ello. —Revuelve su café—. Pero saben cómo es esto. El sistema judicial tarda meses en dar un veredicto, y es aún más difícil y controversial teniendo en cuanto que hablamos de Aldrich. Por otra parte, liberaron a Clayton al tener pruebas de que no había cometido ningún delito, pero tienen vigilado a Corbin dado que, a pesar de que estaba bajo amenaza, robó grandes sumas de dinero.

Sé que Wendell renunció en cuanto detuvieron a su padre, y desde entonces ha estado ayudando a la justicia a construir el caso contra su papá como un civil, y Mila y el señor Nardy también lo han hecho. Los tres están enfocados plenamente en eso, y no los he visto mucho por aquí.

Kendra y Wendell tuvieron la oportunidad de hablar y él ha pasado los fines de semana con Kassian desde entonces. El juicio por la custodia se disolvió ahora que la verdad salió a la luz. Mi hermana no habla mucho sobre él, y en parte creo que se debe a que sigue procesando que todo lo que hizo no fue por rencor y egoísmo, sino para protegerlos.

Ha estado pasando tiempo con Larson últimamente.

Mucho tiempo, en realidad.

En casa, si hablamos unificadamente del hogar de las Lee, el que comparten los muchachos y mi casa rodante, se podría decir que los ánimos no son los mismos.

Todos hemos sentido el peso de la partida de Zoe, y no fue hasta que marchó que nos dimos cuenta del cambio que trajo al mudarse a Owercity.

Elvis siempre fue un apasionado por los libros, pero con ella aquí encontró a alguien con quien compartir su fanatismo y amor por las palabras. Akira nunca estuvo cuerda, pero desde el segundo en que salió a la calle para socorrerme una vez que ella me atropelló estuvo sonriendo incluso más de usual, lo cual era un poco tétrico. Ingrid había encontrado alguien que compartía su amor por las mascotas, e incluso dijo que Zoe y ella estaban diseñando suéteres a juego para Gloria y Louis Vuitton antes de que se fuera. Steve se sentía como en casa al estar cerca de ella y poder contarse anécdotas de Betland y burlarse de su hermano Chase. Dave, siempre que se la cruzaba, le recomendaba películas de Julia Robets de la que luego intercambiaban opiniones, cosa que no hacía con nadie más dado que nunca miramos algo de la actriz porque sabemos cómo se pone. Shane podía pasar horas escuchándola hablar sobre Malcom Beasley, y ella amaba parlotear acerca de la persona que más admiraba en el mundo. Zoe incluso hacía desaparecer el malhumor de Mei Ling a veces.

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