Se sentía mal, como si tuviera que darle un pedazo de pastel envenenado que no le hacía nada él, pero la mataba a ella.

Estaba cansado. Tal vez debería darle una oportunidad a Mel, pero le gustaba mucho como para darle ese futuro tan frívolo que tenía para darle. Y en su experiencia eso nunca terminaba bien, aunque ella no pareció importarle.

<< No me importa que seas frío, no te diré los típicos sermones de que no me amas porque no me tocas, sólo necesito saber si puedes darme una oportunidad para cambiar eso y hacer que te enamores de mí. >>

Hoseok siempre vivía con tantas contradicciones. Como ahora.

- Profesor Jung, ¿Vamos a ir a la biblioteca, al auditorio o a la sala de computación?

Todos los alumnos del grupo 2 de esa clase, alrededor de unos veinte, le miraron intrigados mientras él arreglaba distraidamente los papeles en la mesa y su bolso para dirigirse al otro salón.

- Eeh... hoy iremos a la sala de computación. He cambiado de planes y en vez de que leamos y profundicemos la vida de Ko Un a través de los miles de libros que hay, veremos una película que expresa una de sus obras.

Otro alumno, que reconocía como Song In, uno de los chicos más aplicados, preguntó.

- ¿Es un trabajo?

Sonrió, asintiendo satisfecho.

- Me has leído la mente, Song In, es un trabajo y les daré la guía una vez estemos en la sala -todos bufaron entre dientes, más como costumbre que porque de verdad lo encontrasen tedioso-. Esa es la actitud -dijo sarcástico Hoseok-. Agradezcan que es una película de la cual tienen que escribir el informe y no toda la vida de Ko Un. Sé que están llenos de pruebas ésta semana y como ya hemos tenido la última, lo único que queda de esta asignatura es este informe para terminar el primer semestre.

Todos los alumnos en la sala hablaban entre ellos, aliviados y felices ahora, provocando una risa divertida en Hoseok cuando Jeon Jungkook preguntó bromeando.

- Profesor Jung, ¿Es usted Dios?

Y todos los demás en la sala rieron.

- Creo que soy Jesús, pero el grupo 3 no piensa lo mismo, así que no lo mencionen.

Todos tomaron sus cosas, dando por terminadas las preguntas casuales y fueron juntos caminando hacia la otra sala, que quedaba en el tercer piso al fondo del pasillo. Tenían que pasar la sala de profesores y otra habitación para auxiliares, en donde Hoseok se detuvo para pedir la llave porque se le había olvidado pedirla antes, así que todos sus alumnos fueron al tercer piso mientras el se detenía en esa sala y hablaba con el auxiliar Min Woon, un hombre de mediana edad y con calvicie temprana que acababa de hacerse un café.

- Gracias, señor Min.

- De nada, Jung-sii, pero no olvides devolverlas antes de las seis.

Hoseok asintió, guardando las llaves en su pantalón y dándose la vuelta hacia el pasillo, a punto de subir las escaleras, cuando un toque en su espalda lo sobresalto, alejándose y girándose bruscamente para resoplar con hastío ante la persona sonriente frente a él.

Si había una persona que de verdad le irritaba, que le sacaba de quicio y que quería encerrar en un armario y huir, era él.

Kim Taehyung.

No había ser en la tierra más sociable, despreocupado, desvergonzado, pegajoso y amante de los abrazos que Kim Taehyung. Sólo había falta mirarlo un minuto para darse cuenta de ello.

Tócame. HOPEV.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora