7 ¿Que la suerte nos acompañe?

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Después de esa conversación con lo que se podía considerar mi hermanastro, fuimos a comer. Debo de admitir que me asombró el comedor del campamento, tanto por su aspecto original como por la mala organización, ya que algunas mesas estaban llenas de niños e incluso no tenían sitio para meterse, y otras estaban totalmente vacías, en una de ellas nos sentamos él y yo.

-Normalmente te tendrías que sentar en la mesa de tu madre- me explicó.- Pero como nadie esperó nunca ver un hijo de Hera, no hicieron una mesa, así que te sientas en la mesa de la cabaña de Zeus.

-Pero tu padre es Júpiter, no Zeus- interrumpí.

Jason se encogió de hombros.

-Te lo explicaré más tarde, venga, ahora a comer- me indicó.

Una vez se hizo el silencio en la mesa, me di cuenta de algo: le había cogido confianza. ¿Jason sería una de las personas, junto con Laya, que me acompañarían? Lo veía bastante probable...

<<Vale, has acertado en lo de rubio>> comentó la voz de "Cyrus" en mi mente. <<Pero no es él>>

<<¿Es que tú sabes quiénes serán mis compañeros?>> le pregunté.

<<Sí, en la verdadera profecía te lo deja bien claro>>

<<¿Y por qué demonios la mujer no me la dijo completa?>> pregunté enfadado.

Y por primera vez, se calló. 

<<¿Cyrus?>> insistí, pero él no dijo nada.

-Jules- me llamó Jason, sacándome de mis pensamientos.- Que sepas que tienes que intentar llevarte bien con Manuel.

Fruncí el ceño.

-¿Quién es Manuel?

-El rubio de antes, con el que has tenido una "discusión"- explicó.

-Oh- emití sin mucho entusiasmo.- ¿Y por qué exactamente?

-Porque es malo llevarte mal con alguien del campamento- dijo él mareando el contenido de su plato- Nunca sabes cuando tendrás que luchar por tu vida con esa persona con la que te llevas mal.

-Tiene sentido- comenté encogiéndome de hombros, para luego fijarme en su plato.- Espera, ¿cómo has hecho aparecer comida en el plato?

-Si quieres una comida, pídesela al plato- realmente deseaba que estuviera bromeando en ese momento, pero algo me decía que no lo estaba, y por algo me refiero a Cyrus.

<<No está bromeando>> canturreó en mi mente. 

<<Cállate o contesta a mi pregunta>> le imploré.

Y se volvió a hacer el silencio. Me pregunto por cuanto tiempo funcionará ese truco.

Pero bueno, lo importante ahora era mi estómago y su hambre. Tenía ganas de... ¿sushi? Sí, eso, unos buenos makis.

Y... ¡voilá! Cuando abrí los ojos estaban allí, un buen plato de sushi.

-Conozco a alguien que se sentiría realmente mal al ver ese sushi- comentó Jason a mi lado.- Porque tiene pescado y eso.

-No, este es sin pescado- respondí mientras mojaba un maki en salsa de soja.

-Oh- emitió él.

Y a partir de esa ridícula conversación en la que había empleado saliva inútilmente, se hizo el silencio en la mesa...

Hasta que la gente empezó a levantarse.

-Bueno, Jules, buena suerte- se despidió Jason de mí.- Y acuérdate de mis consejos.

Para después irse con Leo y Piper, que lo esperaban a la salida del comedor.

Y cuando el comedor se quedó vacío, vi a dos personas y a un pavo...

<<¡Me llamo Cyrus!>> me reclamó.

Sí, ya. Vi a dos personas y al pavo llamado Cyrus acercándose a mí.

-Hola- saludaron Laya y Manuel mientras se sentaban en mi mesa.

-¿No tienes pensado soltar al pavo?- le pregunté al ver que seguía en sus brazos.

Laya negó con la cabeza.

-Nos ha dicho información bastante importante- me dijo Manuel.

-¿Sobre qué?- pregunté con descaro mirándole a la cara. No me importaba si el pavo le confiaba lo que fuese que tuviera que ver conmigo...

<<No seas tan egocéntrico, no tiene que ver del todo contigo>> me dijo.

Pero que se lo confiara a un tipo que se mete en cabañas, que tenía ese acento tan asqueroso...

<<El tuyo no es que sea de lo más bonito cuando hablas>> volvió a comentar.

-¡Cállate!- exclamé en voz alta dirigiéndome al pavo.- O si no, me tendrás que confiar quiénes son mis compañeros- le exigí.

<<Los tienes delante>> dijo.

-¿¡Qué!?- exclamé.

Manuel se acomodó una ramita en la boca y empezó a jugar con ella, con una sonrisita de medio lado, para después apoyar uno de sus codos en la mesa y acomodar su cabeza en su puño.

-¿Estáis hablando por telepatía?- nos preguntó a los dos, y por su tono, parecía que tuviera mucho interés por el tema.

-Exactamente, aunque no te creas que su cabeza es mejor de lo que es él por fuera- comentó él, a lo que empecé a gruñir.- Pero no nos vayamos por las ramas, tenemos que movernos ya.

-¿Salir ya del campamento?- preguntó Laya, sorprendida.

-Espera, espera, la mujer del sueño dijo que yo decidiría cuando nos íbamos- comenté.

-Pues si te piensas quedar durante esta noche, ya te puedes considerar muerto- me respondió. - Y sí, tenemos que salir ya del campamento. ¿Sabéis que hacer, no?

Los dos asintieron, para después levantarse.

-Jules, iré a buscarte a tu cabaña- me comentó Laya mirándome fijamente.- Coge una ropa cómoda, créeme, la necesitarás.

-Que la suerte nos acompañe en este movimiento- dijo Manuel yéndose del comedor, lo que me pareció algo extraño. Creo que había oído que en la saga de películas de Star Wars, "Que la fuerza te acompañe", era una de las frases más repetidas.

Después fue Laya, junto al pavo. Yo opté por irme hacia el palacio.

*****

Una vez que hube llegado, miré en el armario, esperando encontrarme lo que me encontré, lo cual no era muy normal.

Encima de una chaqueta de cuero beige, una camiseta verde turquesa y unos pantalones vaqueros, había un papelito en el que ponía: "Ropa cómoda".

Y me la puse. Ya me dio igual que tuviera privacidad o no, si de eso dependía mi vida, más me valía darme prisa.

Una vez que lo tuve puesto, un broche con la cabeza de una vaca apareció en mi cuello.

Miré de nuevo la nota que había estado encima de la ropa, ahora ponía: "Después descubrirás para qué sirve eso".

<<Prepárate, ya vamos hacia allá>> me avisó el pavo, Cyrus.

<<Vale, ya estoy preparado>> le dije, pero él no me contestó.

La misión "Irse del campamento" empezaba...

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Siento si se ve algo apresurado, pero tenía que avisaros del cambio de portada. Decidí poner esta portada porque me pareció hermosa. ¿Y a vosotros?


La cabaña de HeraWhere stories live. Discover now