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Pateé la nieve que estaba en mi camino mientras corría a un ritmo lento porque si no me quedaría sin aire. Como era de día todavía no me asustaba que alguien me siguiera porque, bueno, hay luz solar en todo alrededor y eso me daría tiempo a ver de quién se tratase.
Tarareaba mi canción favorita, el ritmo era muy movido pero yo lo hacía lento porque me parecía muy lindo hacerlo de ese modo, pero no me di cuenta que mi canto había traído a distintos conejitos, já ¿y ahora quién soy? ¿blancanieves? ¿la cenicienta? Exactamente bastantes de ellos se abalanzaron a mis pies y caí rendida ante tanta ternura, ¿como enojarme con estas criaturitas?
- Hola pequeñín.-Saludé a un conejito distinto a los demás puesto que esta era más oscuro y tenía varias marcas de rasguños, cosa que me pareció extraño- Ahora debo irme pero vendré a por tí luego.
Lo coloqué en el suelo y en ese mismo instante huyó como los otros, primero pensé que se asustaron de mí pero luego caí en cuenta que era de un lobo que se encontraba cerca mío y el miedo me invadió por completo. Corrí hasta divisar la casa de Irene y entrar sin permiso alguno o al menos esperar a que me habra la puerta. No iba a esperar nada de ella hasta este punto. El aire poco a poco entraba mejor a mis pulmones mientras que mi corazón seguía yendo a un ritmo acelerado hasta que recuperé la postura y observé a Irene aún toda sudada y agitada.
- ¡Jisoo! ¿Qué pasó? ¿Estás bien? -Se acercó hacia mi y buscó algún signo de rasguño o algo, pero en cuanto asentí me llevó hacia el sillón y me obligó a sentarme-
- Solo corrí porque escuché un lobo cerca, nada de otro mundo.-Hablé agitada- ¿Qué era lo importante que me tenías que decir?.-Dije mientras sacaba mi libreta lista para anotar alguna cosa absurda que me iba a decir-
Llegó de la cocina con dos tazas de café y un vaso con agua fría.
- Primero lo primero, ¿has tomado las pastillas del doctor? -Asentí- ¿Todas?.-Volví a asentir extrañada de su comportamiento-
- Ya no quedan más de ellas, ¿por qué?.-Le dí un sorbo a mi café y mierda que estaba caliente-
- Tu salud primero.-Me huele que trama algo raro esta chica- Segundo, nadie te mordió ni nada parecido, ¿verdad?
¿Morder? ¿Pero que hierba rara fuma?
- ¿Estás drogada o qué? -Reí pero su mirada seria hizo detener mi carcajada para volverse una mueca seria, me dí cuenta que hablaba en serio- ¿De que estás hablando?
- ¿Te acuerdas de lo "importante" que te quería decir?.-Asentí atenta a sus palabras- Bueno...sobre es- espera, ¿qué es eso?.
- ¿Qué es qué?
- Esto.-Me arrebató mi sagrado cuaderno de las manos y comenzó a ojearlo. Me levanté para agarrarlo pero me era imposible ya que ella era más rapida-
- ¡Hey! ¡Dame mi cuaderno!
- Opción A, Lisa y sus actitudes perrunas.-Pausó divertida- ¿Quién corno es Lisa?
- ¡Irene dame mi cuaderno!
- Opción B, lobo que se transforma en humano.-Dijo divertida mientras corría para que no le quite el cuaderno- ¿Qué clase de droga consumes hermanita?
- ¡Hablo en serio damelo ya!
- Opción C, licántropos alfa con penes y omegas con vaginas.-Volvió a hablar mientras se burlaba de mí-
- Irene no te lo repetiré más.
- Opción D, Rosé y los sentimientos por Lisa.-Me observó y se rió- ¿Lisa es tu novia?
- Irene... -Dije cansada mientras con todas mis fuerzas corría por toda la casa tratando de que me devuelva mi cuaderno-
- Y la ultima opción, aclarar el malentendido con el profesor Yugyeom mejor conocido como mi novio.-Dijo burlándose como si fuese mi voz- ¡Jisoo estas demente!
Se burló de mí, se estaba burlando de mí, y yo aquí aguantando sus malditas risas como una estúpida. Odiaba eso, odiaba el hecho de que me trate como si fuera una loca, se supone que era mi hermana y me tendría que apoyarme y no reírse de mi. Sus risas rebotaban por mi cabeza y sonaban en un eco profundo, la cabeza me punzaba y poco a poco el dolor era más grave, ya no lo soportaba más.
- ¡TU NO SABES NADA DE LO QUE ME PASA! -Exclamé soltando el cuaderno y quedando en manos de ella, caí al piso y el dolor no era nada comparado con el de mi cabeza. Rió por última vez pero esa risa sonó superior a las anteriores-
- Jisoo esta mierda te está afectando. No hablo solo del cuaderno, tu comportamiento fue cambiando desde que te conté sobre la leyenda.-Habló como si tuviera razón, y la tenía, sorprendiendome en el intento de enojarme con ella- ¿Que carajos te pasa? Actuas como si ocultaras algo, como si la leyenda que te conté te hubiera afectado a tal punto de alucinar que es cierta.
- ¡No es cierto! ¡Deja de decir estupideces!.-Me defendí-
- ¿Ah no? Entonces como explicas la opción A, B y C, donde hablas de la bestia blanca que se convierte en humano. ¿Cómo explicas lo de Lisa y sus actitudes perrunas uh? ¿Y qué es esa mierda de licántropos?
- Todo lo que escribí en esa libreta es real.-Me levanté y me acerqué hacia ella lentamente. Odiaba que mi propia hermana me tratara asi, pero debía ser fuerte. Por papá-
- ¿Sabes qué? Esto -Tomó la otra parte con su mano libre- esta en tu mente y no existe. Ni la bestia blanca, ni Lisa, ¡ni nada!
- ¡Ni se te ocurra hacerlo!
- Esta mierda te consume de a poco y me voy a asegurar de que no enloquescas como papá.-Dijo seria-
Tomé el cuaderno rápidamente y tiré de el para poder obtenerlo de vuelta. Era tanta la fuerza que ejerciamos que ninguna de las dos lo podía conseguir.
- ¡Damelo ya!
- ¡Sueltalo tú! ¡Déjame protegerte!
- ¡No me importa! ¡Suelta mi cuaderno!
- ¡¿Qué no ves que te estoy protegiendo?! ¡Kim Jisoo suelt-
Sentí un golpe fuerte en el medio de la nariz. Con el pasar de los segundos perdía el equilibrio y la estabilidad mental, de un momento a otro ya me encontraba en el piso sobando el lugar donde sentí el golpe. Me sentía tal mal hasta el punto de escuchar los "¡Jisoo!" que exclamaba mi hermana muy distanciado de lo que usualmente un oido humano escuchaba y mi vista se veía borrosa, con puntos negros que me llevaron a ver el cielo completo. Bajé mi mano hasta mi nariz y pude sentir un líquido muy espeso que salía de allí... ¿era sangre?
Pero luego a los ecos se escuchaba el sonido de un vidrio romperse y varios gruñidos fuertes. Levanté mi vista y divisé a un gran lobo blanco gruñiendo en dirección a Irene y por fín pude recordar...
