—Zuri-zu, los chicos te llaman –dijo mi padre al acercarse a nosotras, le pedí a mamá que le explicara lo que estaba pasando y caminé hacia los muchachos.

—Ahí estás princesa –Mark me tomó de la mano y caminamos juntos –¿Cuando vas a irte?

—El lunes, por la mañana. Así que disfrutenme mientras pueden.

Los dos rieron con fuerza y nos adentramos en el centro comercial. Me ofrecí a comprar sus trajes para la boda y apesar de que se negaron, pagué en secreto. Recorrimos muchas tiendas donde mi mamá se llevó un nuevo guardarropa, al igual que papá.  Finalmente, fuimos a cenar a Treasure City.

—Azura... No es el restaurante más caro y lujosos del reino, ¿Verdad?

—Si, Jack... Lo es. Vamos, yo invito.

Precisamente este, era el restaurante en el que Ale y yo íbamos a cenar de vez en cuando. El encargado de recepción me miró sorprendido y sonrió.

—Busnss noches, princesa Azura –besó mi mano –¿Mesa para cinco?

—Si no es mucha molestia.

—Con usted, claro que no lo es. Por favor, siganme.

Nos llevó a una parte más o menos alejada de las demás personas a una mesa que decía "Reservado". Quitó el letrero y nos hizo sentarnos.

—Disfruten su estancia –huzo una reverencia y se retiró a la cocina.

Al instante, el dueño del restaurante, Griffin, salió con su enorme gorro de chef hacia nosotros, y con su acento francés saludó.

—Princesa Azura, siempre es un honor recibirla en nuestro humilde restaurante.

—Humilde... –susurró Mark con sarcasmo, le dí una patada por debajo de la mesa lo que hizo que se sobresaltara.

—¿El príncipe Nathaniel no viene hoy?

—No, esta vez traje a mi familia.

—Oh, ya veo –los miró, estrechó la mano de mi papá –. Padre, un gusto –besó la mano de mamá –, madre, encantado –pero se detuvo en Mark y Jack –¿Hermanos? –los miró con curiosidad luego a mi –. No veo mucho parecido.

—Somos adoptados –dijeron los dos esbozando las sonrisas más amplias que pudieron.

—Oh, fabuloso. Pues bienvenidos sean a Treasure City, en un momento les traeré el menú. Qué te han una excelente cena.

—Gracias –dijimos todos.

No obstante, sabía que Griffin no se creería que fuesen adoptados. Más tarde le explicaría la verdad. Conversando cenamos e inesperadamente me sentí relajada. Pasar tiempo con mi familia era sin duda, lo que más me hacía falta y no me preocupaba tanto ya que en unos días los volvería a ver.

Como dijo, el lunes por la mañana, Ale llegó a recogerme. Saludó a mis padres y a los chicos, Mark lo seguía odiando y eso lo entristecía. Al estar dentro del auto me lo dijo, me limité a asentir y mirar por la ventana. Pensaba solo en lo que pudo haber pasado esos días en los que no estuve con él, al entrar al castillo se colocó frente a mi.

—¿Te divertirte?

—No mucho –golpeé su brazo.

—Au...

—Casi te pierdo, Alexander.

—Pero no lo hiciste. Estoy bien.

—No estás bien ¡Estás muriendo! –se irguió sorprendido, me giré apenada –. Lo siento...

¿Princesa? |#1| © TERMINADA.Where stories live. Discover now