Capítulo 23

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Uno, dos...

—Hola hermosa ¿Pudiste descansar?

—En realidad, muy poco ¿Cómo estás?

—Mejor en verdad. Pude levantarme, comer y hacer mis actividades normales. Descuida, estoy perfectamente bien.

—Supongo que la boda se va a adelantar... –suspiró.

—Si. Será el jueves. Estaba apunto de llamarte para avisarte de ello. Pasaré por ti el lunes por la mañana.

—De acuerdo.

—¿Tú familia está bien?

Miré la venda de mi brazo.

—Algo así... Te platico después. Por favor cuídate mucho, Ale.

—Zuri, estoy bien linda. Pero lo haré, te lo prometo.

Colgamos. Respiré profundo, tomé mi bolso de mano y cuando me dirigía a la puerta Jack entró.

—¿Todo bien? Te esperamos abajo.

–Si, ya voy... ¿Jack?

—Dime.

—Te quiero mucho –y lo abracé. Me respondió al instante.

—Y yo a ti, pequeña.

Nos separamos y me miró muy nervioso.

—¿Pasa algo?

—No es nada, solo... Yo, bueno quería preguntarte si podría llevar a alguien más a tu boda.

—Claro, la invitación que les di tiene pases individuales. ¿A quien quieres llevar?

—A Sam... –abrí mis ojos con sorpresa –Hemos salido unas cuatro veces –dijo muy apenado.

—¿Cómo es que pasó eso?

—Pues, la primera vez ella me invitó a mi –me golpee mentalmente –. Después Mark insistió en que yo debía invitarla a salir la segunda, tercera y cuarta vez...

Lo abracé emocionada.

—Claro que puedes llevarla, Jack. Esto es tan lindo, es como un sueño para ella.

—Si, me lo dijo.

—¿Te dijo que le gustas?

—¿Tú lo sabías?

—Ay, por favor. Es mi mejor y única amiga, claro que lo sabía. Ahora vamos, que se hace tarde.

Habíamos quedado en ir a un centro comercial a pasear un rato. Jack salió llamado por teléfono, supuse que a mi amiga para avisarle que si podía ir a la boda y que se había adelantado.

Ya que estaba cerca de la casa, decidimos ir caminando. Mi padre se adelantó con los chicos y jugaban entre los tres. Les hacía bromas o cosquillas y ellos reían. Me llenó de ternura y alegría ver qué se llevasen tan bien.

—Son cómo los hijos que siempre quiso tener –mi mamá asintió.

—Asi es. Ellos también lo ven como su padre. Azura, hay algo que te está poniendo triste ¿Qué es?

Bajé la mirada, jamás podía ocultarle algo así a mi madre, decidí decirle.

—Ale... Ale está muriendo –me miró sorprendida –. No le queda mucho tiempo de vida. Anoche tuvo un ataque... Una crisis y su tiempo de vida se redujo. Es por eso que se adelantó la fecha de la boda.

—¿No hay nada que pueda salvarlo?

—Él no quiere. Tomó la desicion de morir para que yo pudiese volver a estar con Mark. Pero necesita un heredero, en este caso... Sería yo. Mamá, yo no sé qué hacer. Él no merece morir pero no quiere aceptar el transplante que le salvaría la vida. Yo lo quiero... No lo quiero perder.

¿Princesa? |#1| © TERMINADA.Where stories live. Discover now