¿Princesa? |#1| © TERMINADA.

Capítulo 3

**Este capítulo contiene bullying explícito. Me parece conveniente advertirlo desde el inicio. Se recomienda discreción por parte del lector**

Conforme avanzaba el tiempo, el Príncipe y yo, nos hacíamos cada vez más unidos. Algunas veces él iba a mi casa, o me recogía para ir a pasar la tarde en el Palacio. Conocí mejor a la Reina Sylvia y aunque quería conocer a los padres de Ale, no era posible ya que ellos constantemente viajaban a los reinos vecinos o a los pueblos de los alrededores. Aún así, Ale y yo la pasábamos bien juntos, todo era perfecto. Todo excepto las veces en las que Ale tenía que ausentarse por eventos de la Familia Real. La clase entera aprovechaba esas situaciones para molestarme. Una vez, incluso, Victoria hizo que Ray y Kyle me golpearan...

—Pero, ¿porqué haces esto, Victoria? –dije desde el suelo, ya que me había empujado.

—Porque me molesta que seas amiga del Príncipe ¿No sabes quién es mi padre? Es el alcalde de la ciudad, yo debería ser la mejor amiga del Príncipe y él nisiquiera me mira, es por eso que es tu culpa. Ray, Kyle, ya saben qué hacer.

—Pero Victoria, es una niña... Está mal –dijo Kyle de forma baja y cuidadosa.

—Ella me robó la oportunidad de ser amiga del Príncipe. Es una ladrona y eso está muy mal.

—Pero... –dijo vacilante.

—Piénsalo, tú pudiste  haber sido el mejor amigo del Príncipe y ella te robó la oportunidad de serlo. Es una ladrona –Kyle frunció el ceño mirándome.

—Tienes razón, Victoria. Ray, vamos.

Los miré aterrada acercarse a mi. Comenzaron a empujarme y a jalar mi cabello mientras me insultaban. Me pegaban pero no con mucha fuerza, suponía que temían que fueran a regañarlos si los veían. Pero nuestra maestra tutora paso por ahí en ese momento. Yo la vi, le pedí ayuda con la mirada. Sonrió y continuó caminando.

Y eso pasaba todas esas veces en las que Ale no asistía a la escuela. Por supuesto yo no le decía nada, si se enteraba y hacia algo al respecto, a mi me iría peor cuando llegara a faltar otra vez. No sé lo decía a nadie, no quería que mis padres se preocuparan también por eso.

Una vez nos encontrábamos en el castillo haciendo la tarea, Ale no era muy bueno en Matemáticas por lo que yo era quien lo ayudaba. Ese día había faltado y Victoria volvió a hacer que me golpearan, tenía un moretón en el antebrazo. Ray me había empujado con fuerza y caí sobre el piso de pierda del patio, ahí me lastimé. Desde que empezamos la tarea Ale no dejaba de ver mi brazo, en cualquier momento iba a preguntar y ya sabía cómo desviar el tema.

—¿Qué te pasó en el brazo? –miré el moretón.

—Ah, nada solo me caí. Ale, ¿Porqué tu nombre es tan largo? –me miró sorprendido.