마흔하나

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forty-one; HIS BOY

Déjà Vu. Así es como se sintió toda la situación.

Subterráneo, lágrimas, dolor, pero una cosa faltaba; papel higiénico.

Changbin estaba como una bola en el asiento, no decía nada, solo lloraba. El chico tenía sus rodillas tocando su barbilla mientras sollozaba sobre sus manos.

Era muy consciente de que alguien más estaba sentado a su lado y tenía los ojos puestos en él, pero Seo no tenía intención de contenerse, sus lágrimas salían solas por todo el dolor que estaba sintiendo.

Hyunjin no lo obligó a hablar, pero estaba debatiéndose continuamente sobre hablarle y consolarlo, él lo quería, tan mal, pero, ¿Y si a Changbin no le gustaba?
Poco sabía.

Un abrazo era lo que más necesitaba Seo en este momento.

—Lo sé. –Hwang dijo humildemente.

El pelinegro levantó la vista, mirando los ojos del ahora castaño en dónde era reflejado su rostro, le rompió el corazón ver sus ojos doloridos. —¿Supieras?

Hyunjin asintió, mirando a los ojos de Changbin parpadear antes de que nuevas lágrimas rodaran por sus mejillas húmedas. —Podrías haberme dicho.

—No quería verte llorar, te había visto llorar una vez antes, pero no tenía sentimientos hacia ti entonces. –Confesó el castaño, acercándose inconscientemente al chico. —Duele ahora, duele muchísimo. –Hwang mordió sus labios, odiaba a Jeongin y a Felix por hacer llorar a su chico.

Hyunjin no podía ver los siguientes movimientos, pero sentía, sentía todo.

Changbin se mordió el labio inferior, antes de soltar un gemido y arrojarse sobre él.

Besándolo directamente en los labios.



"Si tus lágrimas le causan dolor a alguien más que a ti mismo, nunca cuestiones su amor por ti."

toilet roll ; ChangjinWhere stories live. Discover now