Capítulo XXXI.

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Los días en la empresa eran pesados, llegaba y trataba de terminar lo antes posible las sesiones. Han pasado unos días desde el problema en casa de Connor, sigo sin dirigirle la palabra, es mejor así, en realidad sigo sin dirigirle la palabra a ninguno, no tengo las fuerzas ni los ánimos suficientes, además, ¿para qué? ¿Para rogarles que me creyeran? Por supuesto que no, si ellos no me creen no es culpa mía. Aunque no puedo negar que me duele más que nada en el mundo.

Ayer, hablando con Asher me comentó sobre una propuesta que le hizo Keith, esta consiste en irse una o dos semanas a parís, pero como no me quiere dejar sola con todo lo que pasó convenció a Keith de llevarme con él, o bueno, tal vez ni siquiera le hizo falta insistir, no creo que me quiera tener mucho tiempo por aquí después del lio en su casa.

Hoy tenemos una reunión para hablar sobre el tema y es obligatorio ir. Allí me dirijo en este preciso momento, esto va a ser de lo más incómodo.

Cuando bajo del ascensor, un grito me sobresalta y provoca que mi corazón valla a mil por horas.

-Ina…-luego siento como unos pequeños bracitos envuelven mis piernas.-te extrañaba…-miro hacia abajo y me encuentro con el pequeño Ethan.

-Hey enano…-murmuro aun conmocionada.

Ese nombre, hace mucho tiempo que nadie me llamaba así y que ahora lo hagan así, es…no lo sé, inexplicablemente doloroso, si, doloroso, me he olvidado de mi abuelo, en todos estos años no he ido ni una sola vez al cementerio. Dios, como pude ser tan estúpida. He tratado de bloquear ese recuerdo y todo tipo de recuerdo sobre él, ya que a pesar del tiempo el recuerdo aún sigue fresco, torturándome, doliendo como la primera vez.

-Anda pequeño, ahora voy…-trato de sonreírle cuando de repente me dan unas nauseas terribles. Él asiente sonriente y comienza a caminar para luego entrar a la oficina.

Me quedo allí, apoyada en una pared tratando de calmarme, esto está siendo demasiado para mí. Creo que me vendrá bien irme unas semanas, alejarme de todo esto por un momento, aún sigo afectada con lo que sucedió con Clara, aquella horrible mujer que me arruinó la vida simplemente porque se le dio la gana de cobrar una venganza totalmente innecesaria, aquella mujer que me separó de toda la gente que amo y que lo ha vuelto a hacer.

Mis padres aún no saben nada de este inconveniente con su jefa, no quiero meterlos en lio a ellos también, creo que sería bueno que todos nos fuéramos de aquí un tiempo, como unas mini vacaciones, todos juntos para despejarnos un poco, para recuperar tiempo y para poder distraernos un poco, o más bien, para que yo pueda distraerme un poco. Lo necesito, hace ya un tiempo que no me siento bien del todo y no puedo seguir así.

Cuando me dispongo a caminar hacia la puerta de la oficina en la que se llevará a cabo la reunión, sorpresa…Logan está llegando a la misma. Quedamos de frente, me mira unos segundos y frunce el ceño, luego abre la puerta y entra sin decir una palabra. Tomo una profunda respiración y entro lentamente, todos ya están sentados en sus respectivos asientos, hay un espacio libre entremedio de Ash y Connor, no me queda de otra que sentarme allí.

Connor está con el pequeño Ethan en su regazo, quien al verme sonríe abiertamente y prácticamente se tira encima de mí para que yo lo cargue, mi mirada y la de Connor se cruza por un instante pero rápidamente la aparto y la llevo hacia mi hermano, este me mira un momento y luego su cara se contrae en preocupación.

-¿Estás bien?- pregunta tocando mi frente, acción que me provoca escalofríos, está helado- estas muy pálida, rubia.

-Estoy bien…-murmuro sin darle importancia. Aunque la verdad sea que las náuseas aún siguen allí y mi cabeza está por explotar.

SUS OJOS: mi perdición y salvación.©✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora