Alcé una ceja —Que catástrofe.

—Juro que no vi nada — alzó las manos inocente — y estuvimos en el baño hasta tarde, pero lo bueno es que vomitaste todo lo que tenías en tu sistema — sonrió y mi cara de asco volvió — Después te di un baño... —vio mi reacción de asombro — en ropa interior, aclaro — tomé aire nuevamente — y lavé tu boca

Lo abracé —Perdón.

—Oye — acunó mi cara entre sus grandes manos — no hay nada de lo que debas pedir perdón, ¿okey? — Me dio un beso corto — además esto no es nada a comparación de todo lo que tú me has ayudado.

Sonreí dándole un beso para luego levantarme de la cama —voy a darme un baño, esta vez con shampoo y sin ropa interior.

— ¿Estoy invitado?

—No — caminé hacia la puerta.

Cris hizo un puchero — ¿No merezco recompensa?

Reí y volví hacia él, besé sus labios y lo miré —No tengo practica besando pero...

Cris rápidamente me tomó de la cintura pegándome a él y besándome, sus labios expertos se movían sobre los míos y yo trataba de seguirles el ritmo —No me interesa — dijo dándome una sonrisa — son los mejores besos de mi vida.

—Eres un tonto — reí.

—Y tendrás todo el tiempo del mundo para practicarlos, conmigo.

Caminé nuevamente hacia la puerta con mi cara casi hirviendo —No... no podría con alguien más — sentí una punzada en mi cabeza — ah, duele mi cabeza como el infierno.

—Felicidades por tu primera borrachera — rio mirándome.

—Gracias — levanté el pulgar — espero que cuando baje el desayuno esté listo.

Entre a mi habitación e instantáneamente sonreí.

¿Estaba en una relación con Cris?

—Te rayaste Rose — dije para mí misma riendo y entrando al baño.

Luego del caliente y delicioso baño que había tomado, junto con la pastilla que Cris me había dado, y una vomitada después. Estaba como nueva.

Abrí mi armario y hoy me sentía muy feliz. Tomé un conjunto de falda y saco blanco combinándolos con una blusa azul bajito y una cartera del mismo color .

—No importa como luces, no importa tu disfraz — canturreé mientras combinaba mi atuendo con joyería dorada — ni los anillos, en tus dedillos, ya qué más da — me coloqué los tacones blancos nuevamente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No importa como luces, no importa tu disfraz — canturreé mientras combinaba mi atuendo con joyería dorada — ni los anillos, en tus dedillos, ya qué más da — me coloqué los tacones blancos nuevamente. Mi rutina del rostro, un poco de mascara de pestañas, rubor, un gloss y estaba lista.

Sonreí mirándome al espejo.

—Rose, hoy luces... — sentí como mi estómago se revolvía —a punto de vomitar.

Viviendo con mi mejor amigo (Roomie 1)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora